El conseller de Territori, Mariano Juan, confirmó ayer que el Govern ha introducido pequeños cambios en el decreto urbanístico que permitirán desproteger Benirràs, Roca Llisa y Punta Pedrera con el fin de evitar las elevadas indemnizaciones solicitadas por los propietarios.
Según explicó Juan, en un principio el decreto no dejaba construir en estos parajes (aunque el GEN sostenía que sí), pero se han cambiado algunos detalles de la disposición transitoria primera, que ha pasado a ser la adicional primera, y en ella se reconocerán como urbanos los suelos que ya hayan sido urbanizados en algún grado. «Se ha hecho una aclaración de manera que los suelos que tengan algunos servicios urbanos se puedan considerar urbanos», explicó Juan, que indicó que a partir de ahora los ayuntamientos tendrán que desarrollar planes especiales para ordenar estos espacios.
La intención del Consell siempre ha sido dejar construir en estos parajes pero minimizando el impacto. En principio la máxima institución insular ya tenía un principio de acuerdo con los propietarios de Benirràs, que preveía la reducción de la edificabilidad en un 60% y que todas las viviendas que se hicieran fueran unifamiliares y no edificios de apartamentos (plurifamiliares). Sin embargo, el Govern no les ha dejado plasmar este acuerdo en una enmienda al decreto y en todo caso se hará en el futuro plan especial. De hecho, Juan dice que hay varias posibilidades, porque o bien se puede optar por este acuerdo o por trasladar edificabilidad, ya que aún tienen en vigor el consorcio que crearon los progresistas para tal efecto. En el caso de Punta Pedrera y Roca Llisa el acuerdo alcanzado también incluía no construir plurifamiliares.
Juan advierte de que tras la aprobación del decreto no se podrán dar licencias directamente y que primero hay que hacer los planes especiales, por lo que no da el tema por solventado. «Aún queda mucho por hacer», indicó el conseller, que no cree que este articulado dé pie al desarrollo de otras urbanizaciones en Eivissa. Eso sí, se recogerán los núcleos rurales, que se podrán incorporar a los planeamientos y ser considerados urbanos.