Según avanzaba la tarde, el número de participantes fue en aumento. En la imagen, uno de los momentos iniciales donde se estaba formando la protesta para partir de Vara de Rey.

Isabel Gómez, de 22 años, preparó ayer tres pancartas con las que protestar contra la reforma laboral en el marco de la manifestación convocada por UGT y CCOO en la jornada de huelga general. En ellas se podían ver símbolos de prohibición acompañados de lemas como ‘Prohibido. Por aquí no se sale de la crisis' o ‘Hasta un gato gobernaría mejor'. «Protesto contra la reforma laboral y la política de recortes que está llevando a cabo el gobierno porque es totalmente injusta», explicaba esta joven minutos antes de que la manifestación partiera de Vara de Rey encabezada por la pancarta de los sindicatos en la que se podía leer No a la reforma laboral por injusta, ineficaz e inútil.
Participación
La creatividad también estuvo presente con una representación teatral en la que varios colectivos interpretaron una escena circense donde el domador, que representaba al gobierno, daba órdenes y latigazos a los animales, que representaban a trabajadores de educación, sanidad, construcción e incluso del sexo. Alrededor de 3.000 personas, según la Policía Nacional, y entre 6.000 y 8.000, según UGT y CCOO, participaron ayer en esta manifestación para mostrar su «disconformidad y disgusto» con la reforma laboral, tal y como expresó Antonia Marí, una trabajadora que lleva 25 años como gobernanta en un hotel: «Este año me jubilo, pero afectará a muchísima gente joven, sobre todo la que quiera trabajar en hostelería». Con gritos y lemas como ‘Ministra de trabajo, vete al carajo' o ‘Rajoy, capullo, queremos el sueldo tuyo' la protesta llegó a la sede del PP en Bartomeu Roselló, donde increparon a los populares con cánticos como ‘Esto nos pasa por un gobierno facha', uno de los más repetidos y seguidos por los asistentes. Allí fueron muchos los manifestantes que buscaban retratar la marea humana de banderas y pancartas con los plafones de la sede del PP de fondo.
Ya en Bartomeu Roselló fueron muchos los comercios que cerraban al paso de la manifestación escuchando gritos como ‘esquiroles, oé, oé, oé', aunque donde más se apreció este gesto fue en Isidor Macabich. Según discurría la manifestación, gritos como ‘No nos mires, únete' animaron a aquellos que optaron por ver la protesta desde fuera.
Los abucheos y silbidos se incrementaron cuando la protesta llegó al Consell, donde se pudieron escuchar gritos como ‘Queremos la pasta que se ha llevado Matas' o ‘Manos arriba, esto es un atraco' mientras señalaban a la sede de la máxima institución insular. A la altura de Pimeef, las proclamas decían ‘Empresarios peseteros', también repetida cuando veían comercios abiertos, o ‘Empresario, terrorista'. Tras dos horas recorriendo las principales calles de la ciudad, la protesta llegó al parque Reina Sofía, donde no hubo manifiesto, pero sí intervenciones de los representantes sindicales. Felipe Zarco, delegado de CCOO en las Pitiüses, reconoció que habían tenido «algún problemilla» con la policía durante los piquetes informativos, «pero siendo justos hemos de decir que se están portando bien». «Esta reforma nos llevará a una situación de pobreza. Con el esfuerzo de todos, esta reforma se puede parar», precisó Zarco. Diego Ruiz, secretario general de UGT, señaló que quizá «tendremos que seguir en la calle. No nos han regalado nada; lo hemos ganado todo en la calle».
La jornada de protesta se cerró con muchos de los asistentes coreando La Internacional con el puño en alto, a la que siguió un largo aplauso.