Un cliente entrando a una de las tiendas del centro de Vila durante la jornada de ayer. | Marco Torres
Los principales núcleos comerciales de la Isla, Vila, Santa Antoni y Santa Eulària, vivieron ayer su jornada laboral con «normalidad». Muy pocos locales secundaron la huelga y aquellos que abrieron sus puertas no notaron un descenso especial en el consumo.
En Vila, la notable disminución de la afluencia de gente a la ciudad afectó a las ventas comerciales de formas muy diversas. La tónica general fue la de un día normal, sin embargo, algunos comerciantes notaron una pequeña bajada de su actividad mientras otros, incluso, celebraron incrementos.
«Sí, hay poca gente, lo veo más flojo que otros días», comentaba Angelic Ruiters, empleada de una tienda de bisutería de Vara de Rey, quien tuvo que desistir de hacer huelga bajo advertencia de despido. «Esta tienda es de una empresa alemana y la encargada me dijo que si iba a la huelga me despedían. Y yo necesito el trabajo, soy separada y tengo dos hijos», explicó la dependienta.
A la hora punta de la mañana comercial, pasadas las doce horas, las grandes franquicias de ropa seguían trabajando como «un día normal», según aseguraba Patricia, dependienta de una de estas tiendas.
La normalidad se dejaba notar también en una joyería donde la falta de clientes se debe más a la crisis que a una jornada de protesta. Tras el mostrador, el dependiente Vicent Torres explicaba que no pudo sumarse porque no se lo puede permitir. «Ya me hubiera gustado pero me quitan como cien euros», comentó, para después despotricar contra los políticos y en especial contra el caso de corrupción de Jaume Matas.
Desde una perspectiva empresarial, Juan Antonio, propietario de un bar, justificaba que no hacía huelga porque no le «paga «ni la luz ni el agua» mientras aseguraba que la afluencia de clientes había sido la habitual. Y, en el otro extremo, algunos empresarios afirmaban haber aumentado sus ventas. Éste fue el caso de María, propietaria de una juguetería, a la que ayer la huelga en los colegios le trajo más clientes que un día normal. En la misma situación se encontró José, responsable de una carnicería del Mercat Nou, para quien la jornada fue mejor porque «la gente ha tenido tiempo» para comprar.
De igual forma vivieron este día los bares del mercado que se beneficiaron de aquellos que hicieron huelga. Dos de los seis bares del Mercat Nou cerraron puertas y colgaron sus carteles de adhesión, bien pidiendo disculpas «por las molestias» o bien confesando que se sumaban a la protesta porque, literalmente, están «hasta los cojones».
En el resto de la ciudad, alguna franquicia de perfumería también cerró sus puertas, entre las muy contadas tiendas que se sumaron al paro. En definitiva, la tónica general fue la de abrir puertas para atender al público, que tampoco se hizo eco de la interrupción del consumo que pidieron desde los sindicatos.
En Sant Antoni, el presidente de la Asociación de Comerciantes, Joan Ribas, aseguró que la huelga «prácticamente no se ha notado». «Puede que haya cerrado alguno, pero hubo muchas cafeterías y comercios abiertos», señaló.
En el mismo sentido se expresó Marcos Torres, presidente de la asociación Santa Eulària Centre. «Ha sido un día totalmente normal, el 99% de los comercios han abierto», destacó.
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