Momento en el que los votos del equipo de gobierno sirven para rechazar la pretensión de la concesionaria del servicio de tratamiento de residuos. | Guillermo Romaní
Siete votos a favor del equipo de gobierno y la abstención de los cuatros representantes de la oposición, faltaban una consellera por bando, sirvieron para desestimar las alegaciones presentadas por la UTE Giref, concesionaria del servicio de recogida de basuras de Formentera, que impugnó los presupuestos de la primera institución de la isla porque no se contemplaba una partida para abonar los gastos del traslado de los residuos desde la planta de transferencia de es Cap de Barbaria hasta el vertedero de Ca na Putxa, en Eivissa.
Es, como recordó el conseller de Economia, Bartomeu Escandell, una cuestión que se repite año tras año y que la empresa impugna los presupuestos y el Consell desestima las alegaciones.
Sí quedó claro que todos los partidos políticos están de acuerdo en que Formentera no debe pagar un sobrecoste que ronda el millón de euros anuales por el traslado de los residuos al vertedero de Eivissa y todos ellos apuntaron en una misma dirección: que el Govern balear, competente en cuestiones suprainsulares, medie entre el Consell de Formentera y el Consell d'Eivissa para el pago de dichos costes en función de lo que señala el Pla Sectorial de Residuus d'Eivissa i Formentera. Escandell fue el encargado de explicar que no se puede producir una situación única en Balears, ya que «el resto de los municipios no pagan por el traslado a plantas de tratamiento».
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