La residencia de Sant Antoni está terminada pero falta financiación para ponerla en marcha.

Por problemas administrativos, económicos o de gestión. Muchos son los argumentos que se esgrimen desde las instituciones pitiusas para no poner en marcha una decena de infraestructuras que costaron millones de euros y que permanecen cerradas sin ofrecer los servicios que motivaron su creación. En Eivissa, la residencia para mayores de Sant Antoni, el centro de interpretación de sa Capelleta, el centro de salud de Sant Josep o el centro de interpretación de ses Salines son algunos de los ejemplos. El retraso de su entrada en funcionamiento es de meses o de años, según el caso, pero lo cierto es que todas tienen un denominador común: están terminadas y cerradas al público. En una situación diferente se encuentran otras instalaciones como el centro cultural de Can Portmany o la residencia de Sant Jordi, cuya utilización está a medias. Ya sea por falta de planificación, en el primer caso, o por problemas administrativos, en el segundo, ambas infraestructuras no se utilizan por completo y también necesitaron de una cuantiosa inversión para su puesta a punto. Pero el ejemplo histórico de inversión pública sin resultados a la vista sigue siendo el Museu de Puig des Molins, una infraestructura lleva cerrada al público por obras nada menos que 17 años.
En Formentera, tres proyectos emblemáticos tiene problemas tanto para ser terminados como para comenzar a funcionar. El polideportivo está a la espera de una dotación económica que permita su mantenimiento a la vez que el cuartel de la Guardia Civil aún no ha sido equipado para su puesta en marcha. Más conflictiva es la remodelación de la Plaza Europa de Es Pujols que está paralizada por falta de presupuesto del Govern balear y una deuda con la empresa constructora de 800.000 euros. Tres proyectos millonarios cuyo futuro aún es una incógnita.
Muchos fueron los plazos prometidos desde las instituciones para la entrada en funcionamiento de infraestructuras sufragadas con dinero público. Sin embargo, muy pocos se han cumplido y, como es constatable, muchos siguen sin previsión de apertura. Una mención especial se merece la estación de autobuses del edificio Cetis, una concesión administrativa cuya apertura depende de una decisión política, que parece que se retrasará tanto como su dilatado proceso de construcción.

RESIDENCIA DE SANT ANTONI
La residencia para mayores y centro de día de Sant Antoni es un caso flagrante. Costó al Govern balear 11,6 millones de euros, casi el doble de su precio de adjudicación que fue de 6,8 millones de euros en 2006. Problemas entre la empresa adjudicataria, Vías y Obras, y el Govern encarecieron el proyecto, que estuvo paralizado dos años y tuvo que ser adjudicado a una nueva empresa, Ferrovial, para que lo terminara. Por fin, la obra terminó a principios del año pasado, después de cinco años y de muchos millones desde que se puso la primera piedra. Ahora, la Conselleria balear de Salut afirma que tiene dinero para ponerla en marcha y el Consell mantiene que hasta que no haya una financiación asegurada para que funcione a pleno rendimiento, la residencia no se abrirá.

ESTACIÓN DE AUTOBUSES CETIS
La polémica estación de autobuses del Cetis es uno de los ejemplos más repetidos y palpables. La obra es una concesión administrativa a la empresa Sagalés y forma parte de los 24 millones que costó el edificio completo. Su primera piedra se puso en 2005 y desde entonces tuvo retrasos, prórrogas, denuncias y cantidad de informes técnicos y administrativos sobre su viabilidad. Hace más de un año que la estación está terminada y los nuevos equipos de gobierno del Consell y Vila aún no tienen decidido si permitirán su puesta en marcha.

CUARTEL DE LA GUARDIA CIVIL DE FORMENTERA
La obra costó 3,6 millones de euros sufragados con fondos estatales y la primera piedra se puso en 2009. La previsión de entrada en funcionamiento era para antes de la temporada turística de 2011 aunque en julio de 2010 se señaló que las obras avanzaban más rápido de lo previsto, por lo que podían culminar en enero o febrero de 2011. En la actualidad, el exterior de la doble instalación de dependencias y viviendas está terminada, pero aparentemente aún está pendiente de equipar.

CENTRO DE SES SALINES
El centro de visitantes e interpretación del Parque Natural de ses Salines, situado en la iglesia de Sant Francesc, también espera su apertura al público desde hace años. El proyecto nació en 2005 de un convenio entre el Obispado de Eivissa y el entonces organismo de la Conselleria de Turisme, Inestur. Costó 482.000 euros, de los que la mayor parte corresponden al fondos del Govern. Desde 2009, el argumento para mantenerlo cerrado era que faltaba abrir una zanja para pasar el cableado que da electricidad al inmueble. Ahora, el Govern asegura que está solucionado y que el centro se abrirá en un máximo de dos meses.

PLAZA EUROPA ES PUJOLS
Costó 6 millones de euros a pagar entre los gobiernos central y el autonómico. El inicio obras fue en octubre de 2010 y consistían en la remodelación de la Plaza Europa de es Pujols, semipeatonalización de la calle Rocaplana, creación de un nuevo vial de acceso a través de la calle s’Aigo Dolça y construcción de un aparcamiento soterrado para 136 plazas. En la actualidad los trabajos están paralizados porque la empresa pide 800.000 euros que se le adeuda. Hasta entonces, el Consell avanzaba pagos a cuenta del Govern pero al no pagar el Govern, el Consell no puede asumir la deuda y se ha cerrado el grifo. La obra está paralizada.

CENTRO DE SALUD DE SANT JOSEP
Las obras del nuevo centro de salud de Sant Josep concluyeron en abril del año pasado pero continúa cerrado. Su construcción costó 2,7 millones de euros pero un trámite administrativo impide abrir sus puertas. La adjudicación se hizo junto a la obra del edificio de consultas externas del nuevo hospital de Can Misses, y su apertura va ligada a esta instalación, que no se pondrá en marcha hasta que se termine el nuevo hospital. Ahora, Sant Josep y Govern deben tramitar la separación de ambos edificios para poder poner en marcha el nuevo centro de salud.

RESIDENCIA DE SANT JORDI
La nueva residencia de Sant Jordi ha comenzado a funcionar solo en parte. Lo hace como centro de día para 28 personas con enfermedades de salud mental y también para otros 30 usuarios con discapacidad. Sin embargo, aún no ha puesto en marcha el área de Dependencia aunque atiende a seis personas dependientes. El problema es que no está acreditado en la red de Dependencia, una tramitación que está efectuando el Consell. Aún así, da servicio a estas seis personas ingresadas en la anterior legislatura, pero no recibe nuevos usuarios.

POLIDEPORTIVO
La construcción del Polideportivo de Formentera fue adjudicada por 4 millones de euros a Ferrovial cuando el presupuesto era de 5,7 millones de euros. Financiado por el Govern a través del Plan E, el proyecto comenzó en 2009 para lograr un equipamiento con espacios para la práctica de artes marciales, fútbol sala, balonmano, baloncesto, gimnasia rítmica y otras actividades deportivas. Las obras terminaron en marzo de 2011 y la instalación se abrió para una competición balear de judo y posteriormente para el Campeonato de España de Judo Escolar que se celebró en mayo. Desde entonces permanece cerrado por falta de dotación económica, que corresponde proveer al Govern balear, para garantizar funcionamiento y mantenimiento.


MUSEU MONOGRÀFIC DE PUIG DES MOLINS
El museo está cerrado desde 1995 y lleva en obras desde 1997, primero por unos trabajos de emergencia y después por una reforma integral debido a que se detectaron problemas estructurales en el edificio. Estos trabajos no se iniciaron hasta 2005 y entonces estaban presupuestados en 4,5 millones de euros. Por esta obra pasaron varios ministros y ministras de Cultura prometiendo su apertura pero la instalación sigue cerrada. La última previsión es que abra a principios de este año ya que acaba de adjudicarse la instalación de su exposición permanente por 1,4 millones de euros.

CENTRO DE INTERPRETACIÓN DE SA CAPELLETA
El Centro de Interpretación de sa Capelleta costó 1,1 millones de euros y fue financiado al 50% por los fondos Feder y el Consell. Está museizado y preparado para abrir al público desde junio de 2011, cuando incluso se celebró una presentación en sociedad. Entonces solo faltaba la conexión eléctrica y la contratación de un vigilante para que el centro abriera sus puertas, pero ahora poco se sabe sobre el futuro de esta instalación, que fue el proyecto estrella de la Conselleria de Patrimoni en la anterior legislatura.

CAN PORTMANY
En centro sociocultural de Can Portmany está infrautilizado. Con excepción de algunos ensayos por parte de la banda municipal de música, algunos cursos y la proyección de un documental al mes, este espacio lleva cinco años casi sin programaciones culturales. Es una obra en la que se han invertido 760.000 euros y que cuenta con una sala de exposiciones divisible en dos y una sala de reuniones. Se preveía instalar un telecentro pero el proyecto fracasó. Ahora, el espacio se usa como retén policial y como sede municipal con el trabajo de un funcionario dos veces por semana.

CENTRO POLIVALENTE DE SA PEDRERA
El coste de la rehabilitación de este espacio ascendió 900.000 euros de euros y fue financiado por Vila, Govern y la Unión Europea. Su obra terminó hace meses y al principio iba a ser un centro artesanal pero no fue aceptado por el sector. Ahora, el proyecto es convertirlo en un espacio de ensayo para bandas de música por lo que necesita otra reforma que cuesta otros 876.000 euros. El nuevo equipo de gobierno de Vila aún no ha decidido el futuro de este espacio rehabilitado en la anterior legislatura y, por lo tanto, permanece cerrado.