El abogado y el hijo de Huerta, en primer plano. La nuera y el exarquitecto de Sant Josep, unos pasos más atrás. Ninguno de los cuatro quiso hacer declaraciones a la prensa «por respeto a la Justicia». | Marco Torres
La juez del Juzgado de instrucción número 1 de Eivissa, Carmen Martín, tomó ayer declaración en calidad de imputados a A.H., su hijo A.H.C. y su nuera, Pilar Fernández, por los presuntos delitos cometidos cuando el primero era el arquitecto municipal del Ayuntamiento de Sant Josep. Ninguna de las partes ni tampoco el fiscal del caso, Antoni Torres, informaron ayer sobre el contenido de las declaraciones, a pesar de que a estas alturas de la instrucción ya no existe secreto del sumario.
No obstante, finalmente se supo que ayer se abordó una de las piezas separadas del denominado ‘caso Huerta', en concreto la que deriva de la posible relación que el exarquitecto, su hijo y su nuera pudieran haber mantenido con el empresario Alberto Torres, propietario del hotel Aguas de Ibiza, que también fue detenido bajo los supuestos de haber cometido los delitos de cohecho y de tráfico de influencias.
Por su parte, A.H. fue detenido en 2008 por los delitos de malversación, prevaricación urbanística, cohecho, negociaciones prohibidas a funcionarios, blanqueo de capitales y falsedad documental. Ayer, A.H. negó haber alcanzado con Torres algún acuerdo o propuesta de colaboración para proyectos que el empresario ejecutara obras en el municipio de Sant Josep. Al parecer, sí admitió que tuvieron un proyecto juntos en Roca Llisa, en el municipio de Santa Eulària, pero insistió en negar haber recibido ningún tipo de encargo de Torres en Sant Josep.
El fiscal Torres también preguntó a A.H. por una comida que se celebró en Cala Molí después de realizar una inspección a una obra de esta zona. Acerca de esto el exarquitecto dijo que en esta comida no recibió ninguna sugerencia o propuesta por parte de Torres.
También en el marco de la urbanización de Cala Molí, el hijo de A.H. fue interrogado por su presunta relación con la constructora Medi Ibiza, que fue la sociedad que compró a Alberto Torres los terrenos de Cala Molí en los que se hizo la urbanización, una obra que, al parecer, llevó como arquitecto la nuera del principal imputado. H.C. negó cualquier implicación.
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