Las hay naranjas, rosas, amarillas o de color crema. De 50 y de 125 centímetros cúbicos. De cambio manual o automático y más o menos tuneadas, pero todas tienen en común ser una Vespa, esa pequeña motocicleta que revolucionó Europa cuando vio la luz en la localidad italiana de Pontedera allá por el año 1946.
Su impacto fue tal en la sociedad que a día de hoy sigue siendo considerada como un símbolo de las scooters y tiene muchísimos seguidores en todo el mundo.
Precisamente, cerca de medio centenar de ellos están paseándose con las suyas por las carreteras de Eivissa durante este fin de semana en el Ibiza Scooter Vintage Tour.
Desde la Península
Han venido pilotos desde Denia, Barcelona, Valencia, Palma de Mallorca y por supuesto de Eivissa y todas son auténticas joyas con muchos kilómetros y aventuras en sus ruedas.
A todos los participantes les une su amor por esta motocicleta que, según Toni Rueda, tesorero del Vespa Club Mallorca, «hace mucho más felices a quien las conduce, convirtiéndose en una forma de vida, una pasión que se lleva muy dentro y que te mantiene enganchado desde que te compras la primera».
No en vano los miembros de este club, todos ataviados con sus polos morados, aseguran con una gran sonrisa que «cuanto te subes y te pones a los mandos, se ve la vida de forma mucho más relajada y tranquila, hasta tal punto que nosotros medimos las distancias de nuestros viajes por los bares y restaurantes que hay en el camino».
Una filosofía que hace que a ninguno le importe que den algún que otro problema de mecánica que, a priori, no darían las nuevas. Y es que como aseguraba Verónica Juan, secretaria del Club Vespa Ibiza, «cambiamos que sean un poco más incómodas porque sean más auténticas, porque haya que arrancarla a motor, por su ruido característico y porque cada uno la puede adaptar como quiera».
Por eso, cada uno de los participantes de esta primera edición del Ibiza Scooter Vintage Tour sacaron papeletas para la Vespa 125 que sortea el Club de la Moto Classica d'Eivissa i Formentera para recaudar fondos.
Además todos ellos conocieron de mano de su presidente José Guasch, el museo que tiene en Santa Eulària este club que, según su presidente, José Guasch, «sigue buscando subvenciones y ayudas para poderlo trasladar a otro lugar donde lo pueda conocer mucha más gente».
De momento los que se quedaron impresionados con las cerca de 500 motocicletas anteriores al año 1965 que tienen en su poder y como no... con sus Vespas amarillas, rojas o naranjas fueron los participantes de este tour, que viendo el éxito de su primera edición tiene pinta de que se pueda consolidar en un futuro.
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