Formentera será hoy una de las últimas oportunidades para poder ver a Ojos de Brujo ofreciendo un concierto todos unidos encima de un escenario. La banda catalana ha decidido separarse tras diez años de éxitos y lo han hecho con un disco titulado Corriente Vital, en el que se recogen versiones de sus mejores éxitos acompañados de amigos e invitados que han querido unirse a ellos.
Por eso Maxwell Wright 'Max', vocalista y percusionista de la banda, asegura que «en esta última gira se contraponen distintos sentimientos como la alegría por el décimo aniversario, la pena de la separación, y la ilusión ante nuevos proyectos y por poder ver nuestro grupo Ojos de Brujo desde fuera».
Además,l para Max el concierto de esta noche tendrá un sabor aún más especial. No en vano estuvo viviendo en la Isla hasta que cumplió quince años, y por eso «al pasar como pasé mi infancia en ella conozco a casi todo el mundo que vive allí, desde los panaderos hasta algunos turistas que vienen de fuera únicamente a pasar los veranos».
Por todo eso asegura que «tocar en Formentera ante algunos de mis mejores amigos de toda la vida me pone bastante más nervioso que hacerlo ante cinco mil personas que no conozco de nada en un gran festival o en un gran auditorio».
Además Max también asegura que le invade un sentimiento de cierta pena y de nostalgia ante la cita, ya que en cierta forma, la idea de crear Ojos de Brujo comenzó en Formentera. Según el vocalista de la banda «allí conocí a Marina, la cantante del grupo, e incluso a Dani Carbonell, 'Macaco', que fue también uno de los impulsores cuando todos estábamos intentando salir adelante y tocar nuestros propios temas durante los veranos».
Y es que, según afirma el también percusionista de la formación, «todo comenzó de forma muy casual, como un grupo de amigos pasándonoslo muy bien y con un interés común hacia las posibilidades de combinar el flamenco con otro tipo de música».
De ahí «empezamos a practicar en algunas casas, seguimos en pequeños locales de ensayo, pasamos a las Ramblas de Barcelona para ganarnos algún dinerillo, continuamos en algún que otro festival, y finalmente, a base de mucho trabajo hemos tenido la suerte de participar en algunos de los lugares más emblemáticos del mundo, en una trayectoria que nadie pensaba que podría llegar a ser así».
No en vano se han convertido en un grupo de referencia para otras formaciones que han surgido después con la misma idea de fusionar distintos estilos. Algo que para Max «es un halago ya que es de lo más normal en el mundo de la música, ya que todos bebemos de todos, y Ojos de Brujo en cierta manera también somos hijos de todos aquellos que empezaron a fusionar el flamenco como Ketama, Los Chichos o Pata Negra».
Eso sí, el componente de la formación catalana asegura que «lo que nos hace algo diferentes es que somos de una generación que también ha crecido con el hip hop, el reggae o la electrónica y que nos atrevimos a unirlo al mundo de la música flamenca».
Por eso preguntado por la huella que han dejado en el panorama musical y si hay vida después de Ojos de Brujo, Max afirma que «no hay que dramatizar porque las separaciones son de lo más normal en el mundo de la música entre los grupos porque es bueno que se regenere el panorama musical y, en ocasiones, es bueno que haya vacíos para que surjan cosas nuevas».
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