IBIZA MARIANO TORRES | MARTA MARTIN

Hablar del Parc Infantil de Transit de Eivissa es hablar de Mariano Torres. Y es que es difícil concebir uno sin el otro, ya que como afirma este hombre de sonrisa permanente empezó a trabajar en el centro desde el primer día que se abrió, allá por el año 1993.

Desde entonces, a sus 41 años este vecino de Santa Gertrudis casado con su mujer Vicenta, ha convertido su presencia en imprescindible. No en vano se dedica a llevar la cafetería, todo el mantenimiento de los jardines y las instalaciones, y además, «arreglo los karts y las bicicletas que usan los niños que pasan por aquí para aprender educación vial».

Precisamente esta actividad es una de las que más le gusta a Mariano de su trabajo, porque «ya desde pequeño me gustaba el tema de la mecánica y la electrónica».

Sin embargo, asegura con una gran sonrisa, que no siempre esto fue así, ya que «al principio cuando cogí la concesión en un primer momento esta labor la hacía una vez por semana Bartolo, el mecánico de los bomberos».

Afortunadamente, y por suerte para Mariano, «tras aprender mucho trabajando con él un día le acabé sustituyendo y quedándome con este título». Desde entonces se ha convertido en un experto en estos pequeños vehículos, viendo de primera mano su evolución ya que «antes eran de gasolina, de dos tiempos motor 49 y ahora son eléctricos que llevan sus marchas y son menos peligrosos».

En este sentido, los karts son el producto estrella entre los niños que acuden al Parque y, por eso, Mariano ha visto de todo. Por ejemplo, asegura con una gran sonrisa que «cuando eran de gasolina, aunque les colocaba para que si se ponían nerviosos no pisaran el gas a tope, ellos que son más listos que el hambre, tiraban del cable por abajo y después le daban al gas, y el kart cogían una velocidad tremenda».

Afortunadamente esto se queda dentro del circuito, porque como asegura Mariano «gracias al trabajo que se está haciendo de educación vial se ha conseguido que sean mucho más responsables incluso que los mayores, que siempre vamos en tensión cuando nos ponemos al volante».

Además, Mariano les anima a todos los chavales a que «aprovechen este privilegio que tienen en forma de cursos de educación vial ya que además también les servirá en un futuro cuando vengan a examinarse para el carnet de conducir».

Sin embargo a pesar de su preparación, hay algo que no pasa de moda en el Parc Infantil de Transit: el nerviosismo con el que acude la gente a examinarse.

Tal es así, que Mariano y su mujer Vicenta se han convertido en unos auténticos expertos en servir en su cafetería tilas de todos los tipos y marcas, pero «siempre dos sobrecitos, que al final acaban destrozados por el nerviosismo de la persona que viene».

Además, el llevar en las instalaciones desde el año 1993 hace que esta pareja haya visto pasar de todo y hayan vivido multitud de anécdotas divertidas «como la de un chico de Sant Joan, al que cariñosamente apodamos en la cafetería, 'el del bocata de lomo' porque vino 17 veces a examinarse el teórico y lo primero que hacía cuando se sentaba en estas sillas era pedirse un bocadillo».