Marc Serra, Javier Pérez y Miguel Àngel Serra, de sexto curso, explicaban con orgullo cómo trabajaban y cuidaban el huerto ecológico de su colegio Puig d'en Valls. «Lo hemos trabajado desde parvulitos. Tenemos patatas, fresas, calabacines, acelgas, aloe vera, berenjenas, zanahorias y lechugas, por ejemplo», explicó Marc mientras paseaba con sus amigos por este huerto. «Además hacemos compost», puntualizó su amigo Javier.
Este huerto es uno de los orgullos de este colegio, pues participan todos los alumnos del centro. «Forma parte del proyecto de alimentación que tenemos en el cole en el que se incluyen además el día de la fruta o la gestión de residuos haciendo compost. Los días que van a cuidar el huerto hacen una ficha explicando todo lo que han hecho», explicaba Toni Marí, coordinador ambiental del centro y maestro del huerto.
Convivencia
A este huerto que da frutas y verduras «muy buenas», según los alumnos Sofía y Fernando, se suma otro de los puntos que distiguen al cole y da nombre, además, a la celebración que se repite todos los años para final de curso, a 'fiesta de la convivencia y del medio ambiente'. «Se celebra desde que en 2007 adoptamos el Plan de Convivencia que busca el poder trabajar bien en el día a día y en las clases», afirmó Edu Sánchez Meroño, directora de este colegio Así, los alumnos tienen un carné de convivencia en el que por cada conducta negativa o mal comporamiento es una cruz que queda marcada y que resta puntos para, a final de curso, recoger el diploma de convivencia.
En esta fiesta tan especial, los estudiantes hicieron llaveros, enormes pompas de jabón, se informaron sobre los proyectos del Fons Pitiús a través de una exposición, la venta de frutas y verduras ecológicas de su huerto y de las fincas Can Vileta, Can Musson, Ca na Berri, Botiga Torres Costa y el mercado payés de Vila para ayudar al Fons Pitiús, cantaron y bailaron canciones y despidieron a Joana Torres, que se jubila después de dar clase 39 años en esta escuela.
La alegría de esta fiesta se mezcló con la tristeza de dejar el colegio. «El curso que viene iremos al instituto Sa Blanda Dona. Nos da pena dejar el cole porque le hemos cogido mucho cariño a los maestros; echaré de menos a Catina, Vicenta, Lluisa e Isabel y el ambiente en general», explicaron con cierto halo de pena en sus palabras Iris y Pau, de sexto curso. Otros, en cambio, no opinan lo mismo: «No me da mucha pena que se acabe el curso porque llega el verano, podré ir a natación sincronizada, a una escuela de verano y bañarme en la nueva piscina de mi jardín en la que no se meterá mi perro», afirmó Carola, de tercer curso, que observaba la exposición de fotos de las actividades que había hecho con su amiga Alba, que dijo: «Salimos en las fotos de las jornadas deportivas, el carnaval, en varios juegos que hemos hecho en el cole y en alguna excursión».
Los estudiantes del colegio Puig d'en Valls celebraron ayer esta gran fiesta de la convivencia y el medio ambiente en la que portarse bien y cuidar a la naturaleza tiene premio a final de curso: un diploma que demuestra lo bien que se portan con profesores y compañeros y el respeto hacia lo que les rodea.
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