Corsarios de buen corazón

En ellos participaron los 230 alumnos del centro, desde los de Infantil, hasta los más mayores de 6º de Primaria, que a sus diez y once años iban acompañando a sus compañeros pequeños a modo de tutores por todos los lugares del colegio. Todos juntos participaron en las cuatro actividades previstas, divididas a su vez en tres grupos, para que como afirmaba Cecilia, la directora, «todos pudieran disfrutar sin que hubiera aglomeraciones».

Así, todos pasaron por una pista americana, donde se estrenaban los jóvenes corsarios; por un taller de maquillaje y de títeres, donde cada uno aprendió a hacer una marioneta articulada de papel con la figura de un pirata; por un taller de collares y complementos; y por otro de elaboración de pergaminos.

Documentos antiguos

De todos ellos, llamaba la atención sobremanera este último ya que en él los alumnos aprendían a hacer un papel igual que hace doscientos años. Para ello, según contaba Aaron, «es necesario coger el papel, romperlo separadamente, echarle una mezcla de café con agua, pintarlo pacientemente por delante y por detrás, secarlo con un secador de pelo y luego ponerle tu nombre o lo que quieras con letras especiales».

Igual de espectacular y sencillo fue el taller de elaboración de medallones y abalorios como los que solían llevar los corsarios. En este caso los alumnos los hicieron de todo tipo de productos de pasta, como macarrones, espirales o fideos, y el resultado era de lo más sorprendente.

Mañana de playa

Hoy las actividades continúan en la playa. En este caso los jóvenes se trasladarán a Platja d'en Bossa a buscar un tesoro, hacer carreras de sacos, castillos de arena, y visitar la Torre de Sal Rossa, donde los alumnos de 6º de Primaria explicarán una historia.