Vamos a empezar la clase. Tenéis que dejar las pelotas de baloncesto en el sitio porque tenemos que empezar con el calentamiento antes de hacer ejercicio», explicaba David González, licenciado en Educación Física a Àlex, Nina y Arián, tres pequeños de entre cinco y diez años con diferentes discapacidades intelectuales y que participan con mucho entusiasmo y energía en las actividades deportivas que la Asociación para Discapacitados y Mayores (Adima) les ofrece todos los miércoles por la tarde en el gimnasio del colegio Sa Graduada, centro educativo que les cede las instalaciones y el material para poder practicar deporte.
Tras calentar las articulaciones, esta sesión deportiva, pero sobre todo lúdica, continuó con el juego de búsqueda de colores. «Ahora voy a decir un color y tenéis que ir corriendo a buscarlo ¡No os podéis despistar!», explicó el profesor, que en todas las sesiones cuenta con el apoyo docente de José Luis Jofré, psicólogo y presidente de Adima, y Milagros Somoza, técnica en discapacidad.
El objetivo de esta actividades es fomentar el hábito de la práctica deportiva en edades tempranas, pues de esta manera cuando crezcan podrán continuar haciendo deporte. «Intentamos inculcar el hábito a través del juego porque cuando son tan pequeños juegan mucho. Asimismo, hacemos diferentes juegos que, a su vez, pueden guardar relación con otros deportes, como el lanzamiento de aros que tiene similitud con el baloncesto. De esta manera, cuando sean mayores, por ejemplo, ya sabrán si quieren dedicarse al baloncesto o al fútbol», explicó José Luis Jofré.
Esta vertiente más lúdica tiene como principal objetivo, además, que los pequeños entiendan los beneficios que implica el deporte. «En la segunda parte de la sesión trabajamos conductas, la creación y mantenimiento de la atención y aspectos como la manipulación de objetos, por ejemplo», precisó González.
A estas sesiones todavía pueden unirse más pequeños: «El cupo máximo son siete niños porque les damos una atención totalmente personalizada. El objetivo de este año es poder crecer en número de niños, pero para ello necesitamos más monitores», aseveró Jofré, que presentará el mes que viene con su compañera Milagros Somoza el libro divulgativo Manual de estimulación neuropsicológica en el medio acuático.
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