Vista general del puerto.

El año pasado fue un ejercicio histórico para la llegada de turismo de cruceros a las Pitiüses, una de las áreas que las administraciones y empresarios quieren potenciar por el alto poder adquisitivo de los clientes de este tipo de servicios turísticos. En total, en 2010 recalaron en Eivissa y Formentera algo más de 132.600 cruceristas, cifra que supera en unos 27.600 los que arribaron a las islas en el ejercicio precedente.
La cifra, además de mejorar la de 2009, supone el salto más importante en la evolución de este tipo de turismo que, en tan sólo cinco años, casi se ha duplicado. Así, el balance de Autoritat Portuària de Balears (APB) de 2006 señala que aquel ejercicio se cerró con 70.000 cruceristas. Eso sí, este dato debe ponerse en contexto ya que no se venía de cifras menores sino que el año 2005 acabó con casi 119.000 cruceristas en los puertos de titularidad estatal de las Pitiüses.
Evolución
Volviendo al análisis del dato del pasado año, no hay que dejar de señalar el comportamiento completamente opuesto entre Vila y la Savina. Mientras la rada ibicenca pasaba de 103.500 a 132.150 cruceristas, un 28% más, la de Formentera perdía casi dos tercios de visitantes respecto a 2009, al caer de algo más de 1.400 a menos de 500.
La evolución de los datos en Eivissa se encuentra en línea con el crecimiento experimentado en Palma, al menos en términos relativos, puesto que el puerto mallorquín creció también un 28%, si bien, en su caso esto supuso ganar casi 300.000 pasajeros más hasta rondar los 1,35 millones de cruceristas.
La asignatura pendiente del puerto de Vila es la de conseguir convertirse en puerto base para las compañías de cruceros. En el 2009 se consiguió esta calificación para viajes que movieron a poco más de 1.200 turistas. En cambio, en el pasado ejercicio, no se consiguió esto mismo para ni uno sólo de los viajeros trasladados.
Cabe destacar que, según un estudio publicado el pasado año por la APB, la actividad crucerista en el puerto de Vila supone una generación de riqueza en la Isla de unos 9,2 millones de euros anuales. Esta cifra, esperan los consignatarios, podrá incrementarse a partir de 2012, cuando está previsto que acaben las obras de la explanada de es Botafoc, se reordene el atraque dentro del puerto y se puedan incrementar los espacios para albergar cruceros de gran calado.