Cuando al grito de «¡¡en gloria y proeza emularéis al Cid!!» el embajador cristiano arengaba a lomos de su caballo blanco a sus tropas ante el emir moro ayer en Sant Antoni, los vecinos se miraban unos a otros con cara de incredulidad y asombro. Y es que no todos los días se ve en las calles de la localidad un ejército de soldados del rey Jaume I, dispuestos a tomar el edificio del ayuntamiento viejo en el que están atrincherados los moros.
Sin embargo, ayer ésto fue posible gracias a la Asociación Cultural Comunitat Valenciana del municipio, en colaboración con 85 personas llegadas del pueblo alicantino de Beneixama, de las que 18 formaban parte de la Filá de cristianos, 18 de la de moros y el resto de la banda municipal.
El espectáculo que ofrecieron unos y otros durante todo el día fue fantástico, y dejó a los vecinos asombrados, por el nivel de la representación de las dos embajadas del poema de Juan Bautista Pastor Aycart. De todos ellos, los niños fueron los que más disfrutaron, como Pau, que aseguraba que lo que más le gustó fue «el duelo de espadas que mantuvieron por todo el ayuntamiento el embajador cristiano y el emir moro», o Miquel, que a sus tres años, según su madre «estaba alucinado con lo bonito que era el caballo blanco del caballero». Sin embargo, también hubo momentos para alguna crítica, como la de Antonia que decía entre risas que «no era normal que, con lo bien que estaba todo, los cristianos y los moros llevaran gafas, e incluso, alguna cámara de fotos».
Pero más allá de algún anacronismo perdonable, en el Passeig de ses Fonts ayer se respiraba sentimiento levantino. Por todos los lados se podían ver referencias a la Comunitat Valenciana, colocadas por los miembros de la asociación que preside Jordi Esteve, y que ayer se afanaban para que todo funcionara a las mil maravillas y todos los que se acercaron estuvieran contentos.
Dos de los más implicados eran Nuria Molina, la vicepresidenta, y Miguel Àngel Muñoz, presidente de la falla, que, entre sudores, hacía todo lo posible para que la gran cantidad de mujeres vestidas de falleras brillaran con luz propia como si estuviéramos en el día grande de Valencia. De entre ellas lo hicieron principalmente la Fallera Mayor, Carmen Ordóñez Culebras, un poco nerviosa por estar junto al caballo y algo cansada por lo pesado del traje, y la Fallera Mayor Infantil, Sandra Planells, que no paraba de hacerse fotos con todo los vecinos que se lo pedían. Y es que el de ayer fue un día en Sant Antoni para sentirse orgulloso de ser valenciano.
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