La imagen que ofrecía el aeropuerto de Eivissa durante la mañana de ayer no distaba mucho de la de cualquier día de verano en una isla exclusivamente turística. Colas en los mostradores esperando facturar, decenas de personas aguardando frente a la oficina de Ryanair, gente durmiendo en los rincones. La única diferencia, dentro de la terminal, fue la cantidad de basura que se acumulaba por todo el espacio aeroportuario y el espacio de juego para los más pequeños organizado por el touroperador Thomson.
Desde Aena señalaron, a úttima hora de la tarde, que de los 68 vuelos programados se operaron 64. Entre estas conexiones operadas se encontraban todos los decretados en los servicios mínimos.
Fuera de la terminal, la convocatoria de la huelga empezaba a hacer mella en las colas de turistas que esperaban ser trasladados a los establecimientos hoteleros. Y es que el sector del transporte discrecional, el que se encarga de recoger y llevar a los turistas desde la central aeroportuaria hasta sus hoteles, secundó la convocatoria de los sindicatos en un 70 por ciento, según explicó el secretario del comité de empresa de dos de las entidades encargadas de estos traslados,Bartolomé Villar. Cerca de un millar de turistas aguardaban a la intemperie, algunos de ellos desde primera hora de la mañana, a poder subirse a un autobús. «Esto es puro marketing de la empresa para dar una mala imagen de nosotros y hablar mal del comité y de los sindicatos», apostilló Villar en referencia a las colas que había pasadas las 11,30 horas. «Desde las 03,00 horas de la madrugada hasta las 11,00 no ha venido ningún vehículo a cargar. Estamos ofendidos por el trato que se les da a los turistas porque tenían la posibilidad de llevarlos desde primera hora a los hoteles y, en lugar de eso, han almacenado los vehículos hasta ahora», denunció el secretario de comité de empresa.
Villar estuvo acompañado en todo momento por una quincena de compañeros que vigilaron a pie de calle de calle los servicios mínimos decretados por la empresa y anotó todas aquellas matrículas de los vehículos que no se correspondían con el listado inicial. Asimismo, también denunciaron el traslado de los turistas en vehículos comunes cedidos por una tercera empresa de transporte.
A pesar de la tranquilidad que se vivió en la terminal, se pudo observar una patrulla de Guardia Civil permanente en el exterior así como agentes de la Policía Local de Sant Josep.
En el puerto de Eivissa, por su parte, no se registró ningún incidente y es que, según los mismos trabajadores, sólo un 30 por ciento secundaron la huelga, mientras que Autoritat Portuària lo establecía en un 23,8%. Ni en el sector de los estibadores, ni en el servicio de autobuses, ni en el transporte de mercancías se registró ninguna incidencia y tampoco personal que secundara la convocatoria de los sindicatos.
Un día más de colas en el aeropuerto
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