El tiempo acompañó ayer de manera muy favorable a las celebraciones patronales del pueblo de Sant Mateu. Bajo un intenso sol de mediodía, los más fieles entraron en la iglesia para dar comienzo a la misa presidida por el obispo de Eivissa y Formentera, Vicente Juan Segura.
No fue hasta pasadas las 13,45 horas cuando las campanas sonaron, indicando el final de la misma. La procesión fue saliendo de la iglesia y se dirigió calle abajo hasta dar la vuelta al restaurante continguo al lugar. Con la música de ball pagès acompañando, la media docena de imágenes volvieron a entrar en la iglesia del pueblo.
El centenar de personas asistentes comentaban el cambio de tiempo antes de comenzar la exhibición. «Por suerte hoy hace sol, porque con el mal día de ayer no se hubiera podido hacer el ball», comentaba Antònia, residente en Sant Mateu.
Los sonadors volvieron a hacer sonar sus flaütes y tambors, indicando el principio del baile. Formando un semicírculo en la entrada de la iglesia, las parejas fueron saliendo al centro mostrando a los pocos turistas sus habilidades con la danza tradicional ibicenca. Tras casi media hora en la que mayores y pequeños se animaron a bailar llegó el turno de la muestra gastronómica de orelletes y ví pagès. Tal y como decían algunos, «a estas horas todo está bueno». Uno de los protagonistas fue el porró, con el que se atrevieron muchos pero no triunfaron todos por lo complicado de levantar el objeto sin salpicarse.
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