No sólo entre lo tradicional y la modernidad urbana, sino también en los vivos colores de las imágenes, se aprecia el fuerte contraste que existe en el imaginario japonés. La exposición de Jordi Gómez, Hanami, recoge en 19 instantáneas las diferencias de Japón. Entre ellas, una serie de un entrenamiento de unos luchadores de sumo donde las formas de estos grandes cuerpos se mueven con aparente ligereza.
Esta exposición es fruto de un viaje reciente que ha realizado el fotógrafo. «En los últimos nueve años he estado viajando mucho para hacer cosas de moda. Necesitaba dar un giro en mi trabajo y hacer otras cosas. Decidí irme a Japón a plasmar otro tipo de historias. Necesitaba buscar otro tipo de fotografía alejado del mundo de la moda. Japón fue el sujeto que elegí para cambiar», explicó Jordi Gómez.
El fotógrafo, ligado a la revista Pacha desde que se fundó, ha captado en este viaje parte de la cultura más tradicional y también menos accesible. «Siempre tienes estos iconos sobre su cultura milenaria cuando piensas en Japón. Soñaba con tomar este tipo de fotografías, de geishas o de luchadores de sumo. Es realmente difícil acceder a este mundo. Gracias a mis amistades japonesas conseguí hacer las fotos de las geishas y acceder a un entrenamiento de los luchadores de sumo antes de una competición», explica Gómez.
«Me interesa mucho el choque entre estas imágenes de su cultura más ancestral con lo avanzado que es Japón en cuanto a tecnología, arquitectura o moda. Eso era lo que quería plasmar, ese choque, ese dualismo. Te ves como una película super antigua o muy futurista como Blade Runner. Esta exposición muestra este contraste y para ello también he jugado con los soportes de unas fotos y otras», explica el fotógrafo.
La muestra de estas imágenes se inauguró el viernes pasado y se podrá ver hasta el próximo día 25
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