La vocación de Toni Marí Ramón, Moreras, (1946, Sant Jordi), ha sido la hostelería. «Al día siguiente de nacer quería ser camarero o algo relacionado con la hostelería», confiesa un hombre que dice haber visto «nacer el turismo en Eivissa». Recuerda con emoción cuando, a los 13 años, empezó de botones en el hotel Figueretes. Desde 1988 está al frente del Tropicana de Cala Jondal, en el que ha visto crecer a la millonaria Athina Onassis. Cuando montó el restaurante, «nadie confiaba en esta idea tan descabellada, que qué iba a hacer allí, de que me iba a morir de hambre». Se equivocaron.
-¿Cómo aguanta un ritmo de trabajo en verano de 18 horas diarias?
-Bromeo con el personal. Digo que duermo en invierno 14 o 20 horas diarias, voy almacenando horas y cuando llega el verano duermo tres o cuatro. La hostelería no es como otras empresas, no puedes decir 'pásate mañana', si llega a la mesa y la comida no está, a los 20 minutos empiezan las quejas.
-Hay quien dice que falta educación en el sector. ¿Comparte esa opinión?
-Educación y profesionalidad. Hoy hemos llegado un punto en que la mayoría de la gente se cree que es llevar dos refrescos a la mesa. Para ser camarero, ser profesional de la hostelería, se tarda diez años, como un médico y un abogado. Yo llamo camarero a la persona que está preparada para servir al Rey, al ministro o al que sea.
-¿Quién le ha llamado más la atención de todos los personajes que han pasado por su restaurante?
-Mi mayor sorpresa fue Naomi Campbell, porque de verla en la tele a la playa, no la reconocí. Es una mujer simple y normal que si trabajara de camarera no llamaría la atención.
-¿Le impresionó ver a la primer mujer en 'top less'?
-Fui uno de los muchos que íbamos a verlas a ses Salines, y que levante la mano el que no ha ido. Era una novedad muy fuerte. Las primeras mujeres que se pusieron en top less en España lo hicieron en Eivissa. Iban las autoridades y luego mandaban a la Guardia Civil, pero ellos pasaban antes.
-¿Ejerció de 'palanquer'?
-Fui aprendiz de palanquer porque trabajaba con el turismo. Los que lo hacíamos teníamos otro modo de ver la vida. No era lo mismo trabajar en el campo que en un hotel. Hablábamos con ellos y viajábamos. Empezaron las suecas, las alemanas y luego las inglesas. Fueron las que introdujeron aquí su vida moderna.
-¿Su primera conquista fue una sueca?
-(Risas). No la recuerdo.
-¿Está todo inventado en turismo?
-Desde que yo empecé con el turismo, y 40 años después, seguimos con las mismas historias. Con todos los partidos que han gobernado nunca han realizado lo que Eivissa hubiera podido ser.
-¿Qué cree que tenía que haber sido Eivissa?
-Quizás se tenía que haber construido más apartado de la costa. Todo se puede mejorar, pero Eivissa no está masificado. Hay zonas que son vírgenes ¿Qué pasa? En este mundo no se puede tener todo, la isla de entonces con la vida de ahora. Escucho a niños de 25 o 30 años y les digo: 'si queréis vivir aquella Eivissa tenéis que ir andando o en bicicleta'. ¿Qué quieren, aquella isla con el coche de ahora? No se puede tener la isla de entonces con las comodidades de ahora.
-Vamos, la experiencia es un grado.
-Si estamos así ha sido por el sacrificio de muchos. Hemos sido pioneros en todo. Vayas donde vayas, la palabra Ibiza, no Eivissa, vende, que nadie se confunda.
-¿Le ha afectado la crisis?
-No me ha afectado porque no fui valiente y no quise crecer cuando veía que esto pasaría. Nadie recuerda la crisis del 90, pero la pasé y dije que no me iba a pillar una. Sabía que iba a llegar, existen los años de las vacas gordas y las flacas.
-¿Cuándo vendrán las gordas?
-No sé, tendrán que arreglarlo los de arriba, no los de abajo. Tenemos que mejorar nuestra industria y, cuando vengan los turistas, que se vayan contentos. Esa es la mejor publicidad, el boca a boca.
-¿Y las ferias de turismo?
-Son más fotos que resultados.
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