Una imagen de la zona del dique de Botafoc, donde se construirá la plataforma. | Irene G.Ruiz
Autoritat Portuària de Balears (APB) ha anunciado a la Unesco que las obras de ampliación del puerto de Eivissa se iniciarán en mayo «con los trabajos de cimentación de los pilotes que soportarán los dos pantalanes para buques de 200 metros de eslora».
Así lo aseguró ayer Autoritat Portuària mediante un comunicado de prensa, en el que informó acerca del documento de más de 40 páginas con alegaciones que envió al organismo internacional. Se trata de la respuesta al informe de los evaluadores de la Unesco que visitaron en noviembre la isla para conocer sobre el terreno el proyecto y constatar si podría causar afecciones al bien Patrimonio de la Humanidad, «Eivissa, biodiversidad y cultura», que incluye Dalt Vila y las praderas de posidonia.
En el documento enviado a la Unesco, Autoritat Portuària «justifica que la futura terminal de Botafoc se ha diseñado con la superficie mínima necesaria para atender con garantías de seguridad y operatividad el embarque y desembarque de mercancías y pasajeros, así como el tránsito de mercancías para abastecer a las Pitiüses en verano, con una población de más 300.000 habitantes en verano». Una respuesta destinada a la recomendación del organismo internacional que pidió que se «justifique y «reconsidere» el tamaño de la plataforma prevista de 63.000 m2 para evitar afecciones en el bien natural declarado, como es la posidonia.
En cuanto al mayor control medioambiental y arqueológico recomendado por la Unesco, Autoritat Portuària aseguró que «coincide en su preocupación por minimizar los posibles impactos» y que gran parte de las recomendaciones ya las había asumido «en cumplimiento de la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) del Ministerio de Medioambiente».
Medidas correctoras
Autoritat Portuària comunicó también a la Unesco que ha constatado a través de expertos y estudios «que los efectos materiales procedentes del dragado sobre la flora y la fauna marina son nulos y pueden verterse libremente al mar». No obstante, indicó que contempla medidas de control «como la creación de estaciones con grabación de imágenes submarinas próximas a las zonas de dragado, vertido y de protección de Posidonia Oceánica». También señaló que utilizará «barreras de geotextil para delimitar y cerrar la zona de obras como técnica de mitigación del posible enturbamiento de las aguas del puerto».
Entre otras medidas, indicó que se elaborarán controles periódicos de la calidad del agua, «que se intensificarán durante las operaciones de dragado y vertido, según las recomendaciones de la Unesco». Asimismo, recordó que el vertido se realizará en el punto aprobado por la Declaración de Impacto Ambiental, con el mar en calma y sin viento, para limitar su dispersión horizontal.
En cuanto al seguimiento arqueológico, aseguró que «todo el material será cribado durante la draga, con presencia a bordo de arqueólogos durante todas las operaciones».
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