El plan especial del pueblo de Sant Joan plantea la posibilidad de eliminar la pista deportiva existente junto al parque infantil para destinar este espacio a otros usos. En caso de que el Ayuntamiento rechace esta alternativa, se deberán realizar las labores de mantenimiento de esta zona, que ahora mismo está descuidada.
Así lo contempla el plan especial de protección del conjunto histórico de Sant Joan, que fue aprobado hace unos días junto al resto de planes de protección de los Bienes de Interés Cultural (BIC) del municipio dentro del nuevo planeamiento urbanístico municipal.
Según este plan, tanto la pista deportiva como el parque infantil se encuentran «insuficientemente mantenidos». El documento también establece la «eliminación u ordenación» de las zonas usadas para el aparcamiento de vehículos que no han sido creadas por la administración. «Se usan para estacionar sin existir una planificación previa y sin reunir las condiciones necesarias», destaca el plan especial, que indica que estas zonas se encuentran básicamente en terreno no urbanizado adyacente al núcleo del pueblo y en solares. «Son causantes de impactos visuales no deseados, transmitiendo una imagen de desorden», denuncia el plan especial. Este documento también establece la necesidad de mejorar las condiciones estéticas de los contenedores situados detrás de la iglesia.
Capítulo aparte merecen la eliminación de tendidos eléctricos y telefónicos de las fachadas y los soterramientos de las líneas aéreas. En este sentido también se piden mejoras en las casetas transformadoras. «Estas construcciones deberían armonizar con el carácter y las edificaciones de la zona», dice el plan especial.
En cuanto a arbolado, se pide que se mantenga la encina situada en el aparcamiento por tratarse de un «ejemplar centenario» de una especie forestal escasamente representada en Eivissa. También se debería considerar la posibilidad, según este plan, de incluirla dentro del listado de árboles singulares catalogados de la comunidad autónoma.
Además, se pide la mejora del huerto parroquial existente detrás de la iglesia y la posibilidad de transformarlo en espacio público. «Sería interesante la plantación de nuevas especies vegetales autóctonas».
Por otro lado, en la calle peatonal que sale de la plaza España se valora la posibilidad de conseguir «cierta homogeneidad» introduciendo normas estéticas para las pequeñas terrazas particulares y los elementos instalados en las mismas, al igual que para las fachadas orientadas hacia el vial.
En el caso del conjunto histórico de Balàfia, situado en Sant Llorenç, el plan especial establece condiciones estrictas para los cerramientos que se deben poner en las viviendas y en el campo. Por ejemplo, el Ayuntamiento ha detectado que en algunos casos se colocan somieres u otros enseres metálicos como barreras en las feixes, cosa que se prohíbe. Los muros más recomendados son los de piedra. También se deben mantener los bancales y eliminar cables sobre las fachadas. Cualquier reforma u obra se tendrá que hacer con materiales tradicionales. Además, se obliga a revisar la información catastral, que ahora es «confusa e incorrecta» y colocar paneles informativos para interpretar los elementos etnológicos existentes.
En el plan especial de protección del conjunto histórico de Sant Miquel se pide la revisión de la regulación del tráfico actual en los viales que van al Puig de Missa, concretamente en el último tramo que finaliza frente a la iglesia, un lugar «donde la maniobrabilidad de los vehículos puede verse muy limitada». En el plan también se recomienda el soterramiento de tendidos aéreos, mantener la regulación en cuanto a la altura máxima de edificaciones y velar por la limpieza y mantenimineto de solares vacíos.
Asimismo, se pide la limitación de actividades de tipo industrial y la proliferación de naves por su impacto.
En el caso de Sant Vicent, además de recomendar que se mantenga la regulación de altura máxima de las edificaciones, se establece la preservación de la estructura paisajística del núcleo urbano de forma que las construcciones armonicen con el estilo tradicional.
El plan especial asimismo refleja que es conveniente mantener los usos del suelo agrícola en un determinado porcentaje de la superficie total de las parcelas. También se pide el cuidado de los bordes de las vías y de las zonas limítrofes entre la propiedad privada y espacios públicos para evitar zonas «sin uso definido».
En el caso del núcleo de Sant Llorenç el plan especial recomienda actualizar la situación catastral del ámbito de protección, mantener en buen estado los firmes de las calles y caminos y mejorar la integración paisajística de las zonas de acopio de residuos, especialmente los contenedores situados junto a la iglesia y el cementerio, que son los elementos declarados BIC. Asimismo, hay que revisar la distribución de los espacios peatonales, de manera que no se den situaciones como la existencia de una escalera que arranca directamente en una vía donde circulan vehículos, sin acera para los peatones.
Todos los planes especiales de protección de las iglesias establecen que los núcleos de los pueblos tienen que mantener una estructura paisajística acorde con el espacio rural. Además, los edificios no pueden superar una altura máxima y se tienen que mantener los materiales tradicionales y las vallas de piedra seca. En los documentos se incluyen las descripciones de cada uno de los edificios con los diferentes impactos que tienen y sus medidas correctoras.
En todos los casos, se recomienda informar a los propietarios afectados por este plan especial, «propiciando de este modo su participación y el correcto mantenimiento de sus propiedades».
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