Nació en Badajoz en 1952. Es delegada de Balears de la Asociación Española para el síndrome de Prader-Willis y presidenta de la Plataforma Sociosanitaria de Eivissa desde julio de este año. Estuvo al frente de la Asociación de Padres de Niños con Necesidades Educativas Especiales de Eivissa y Formentera desde 2002 hasta 2008. Su primer contacto con las islas fue en Formentera en 1989. Tras el nacimiento de su hijo, Àlvaro y, debido a los problemas de salud del niño, se trasladó a Eivissa en 1996.
-¿En tiempos de crisis no es un buen momento para la generosidad?
-No es así, la gente se está volcando. Hay muchos que piden pero otros que, si pueden, dan. Veo que la gente está muy concienciada.
-Dejó su cargo de Apneef y un año después volvió para estar al frente de la Plataforma ¿Qué le hizo regresar?
-Varias asociaciones me pidieron que volviera ya que ahora no estaba ocupando ningún puesto de responsabilidad y para qué iba a estar tan relajada, que eso no era lo mio. Al fin y al cabo, soy un culo de mal asiento.
-¿Qué hay de cierto en eso que dicen que en la Plataforma ha habido rencillas internas?
-Eso es cierto, pero dentro de la Plataforma, en mi casa, con mis padres, mis hermanos, en la comunidad de propietarios y en el barrio, en todos los sitios. Somos muchas personas, más de 2.000 ¿Sería normal que estuviéramos todos de acuerdo?
-Usted no tiene pelos en la lengua ¿Eso es bueno malo para el puesto que ahora ocupa?
-Pues no lo sé, pero muchas veces me lo he planteado y pienso: 'Volvistes a meter la pata, Carmen'. Otras veces pienso que es mejor decir lo que uno siente y quedarse tranquila.
-Usted siempre está sonriendo ¿Es una buena herramienta psicológica para las situaciones difíciles a las que ha tenido que hacer frente?
-Creo que sí. De todas maneras muchas veces me dicen: 'Tu eres tonta, te ries de todo'. A veces vale más ir de tonta. Con el tiempo se va viendo todo.
-¿Nunca ha pensado en dedicarse a la política?
-Sería una osadía, por mi parte, porque no estoy preparada. Soy demasiado rebelde para hacer política y seguramente tendría que aceptar cosas con las que no estoy de acuerdo. No iba a durar nada.
-¿Le queda tiempo para su hijo ahora que está al frente de la Plataforma?
-Cuando ha empezado el curso me ha echado en cara algunas cosas y me parece que me está chantajeando, pero tengo que estar preparada. Se ha portado muy bien conmigo este verano, acompañándome a muchos sitios.
-¿Qué le gusta de Eivissa? ¿Y lo qué no?
-Todo, no tiene malo de nada. En Eivissa tenemos nueve meses de invierno y tres de infierno, pero tengo que reconocer que de esto vivimos.
-¿Qué le ha sorprendido a la hora de pedir dinero?
-Un niño que me mandó una carta con un garabato pintado, me puso 1,60 euros y firmado, con letra infántil, como «Amomimo», no anónimo.
-¿Quién le ha decepcionado más?
-Me decepcionan las mismas familias que tienen necesidades y, a veces, somos insolidarios entre nosotros. He ido a pedir y me han dicho que no, que eran de otra asociación, pero siempre digo que hay para todos y se puede repartir.
-¿Le preocupa la gripe A?
-Me lo voy a tomar como me tomo estas cosas, como pasó con las vacas locas o la gripe del pollo. Vanmos a tonmarlo con tranquilidad. A veces pienso que este alarmismo es para tapar otras cosas, pero yo soy una ignorante y la ignorancia es la madre del atrevimiento. Me da más miedo pensar qué va pasar con mi hijo cuando yo sea mayor.
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