Esta italiana (Bolonia, 1967) vino a Formentera a pasar unas vacaciones en 1998 y le gustó tanto que ha trasladado su residencia a la isla. Aquí conoció a su pareja, un italiano con el que se casó recientemente en Italia pero, eso sí, la fiesta fue en Formentera. Vinculada al mundo de la natación, reconoce que «el agua ha sido siempre lo mío». Actualmente es la coordinadora del servicio de seguridad de playas de Formentera.

-¿Por qué una italiana se viene a trabajar a Formentera cuando lo habitual es venir a hacer turismo?

-Vine como turista y lo que pasa es que me gustó muchísimo y quise volver. Regresé a Italia, me despedí del trabajo y volví a Formentera. Al principio iba y venía.

-¿Qué le parece la fama que tienen los italianos en Formentera?

-Ha venido un poco de todo. Últimamente vienen muy jóvenes. Es un turismo bastante constante que cambia mucho a lo largo de los años, según la oferta que se hace desde la agencia de viajes o por la presión mediática. En Italia se vende mucho Formentera.

-¿Es justa o injusta esa fama de que van en 'motorinos' y montan mucho follón?

-Los italianos son muy ruidosos y eso es verdad. El tema de las 'motorinos' es porque se vende la idea de que en Formentera hay que ir en 'motorino', que puedes llegar a cualquier sitio. A veces vienen grupos de cuatro personas que pueden alquilar un coche y les saldría más barato. Hay paquetes turísticos de Italia que se vende la estancia, el alojamiento y la 'motorino'. Se ha identificado como vehículo de transporte, que da idea de libertad, moverse fácil y que pueden llevarlo personas que no saben conducir y de hecho pasan accidentes. Es como una bicicleta con un poco de motor.

-¿Tiene 'motorino'?

-No, tengo una moto de cross más indicada para los caminos.

-¿Qué le parece el anuncio de la Estrella Damm rodado en Formentera?

-Todo lo que sea promocionar la isla es bueno. Depende de la imagen que das, cuida bien la idea de la imagen de la naturaleza y la libertad, pero también las fiestas que están prohibidas por las noches en los chiringuitos. Es una contradicción, pero está bien promocionarla porque eso da dinero a la isla.

-¿A quién le gustaría hacer el boca a boca en la playa?

-(Risas) He hecho bastantes. Ahora dejo que lo hagan los otros socorristas, los nuevos. Ahora me gustaría hacérselo a mi marido (risas).

-¿Se cuidan bastante los socorristas en las playas?

-No, a veces tengo que darles toques de atención de que presten más cuidado a su imagen. Están muy centrados en la seguridad en las playas y son muy profesionales, pero a veces no se dan cuenta de que tienen mil ojos encima.

-¿Qué playa recomendaría para perderse en Formentera?

-En agosto no hay. Los residentes tenemos dificultades para encontrar playas. Los turistas son como hormigas, están en todos lados. Hay playas de roca que son incómodas y están desiertas.

-¿Qué le parece Berlusconi?

-A mí no me representa Berlusconi, no le tengo aprecio a nivel político, ni moral, ni ético. Un rotundo no.

-¿Le representa más el presidente del Consell de Formentera?

-Seguramente sí, es mucho más cercano.

-¿Tiene nostalgia de Italia?

-La naturaleza de Italia es única en el Mediterráneo y tiene una comida fantástica pero está llena de italianos pero sobre todo ahora con Berlusconi en la que desde los medios se impulsa una imagen de un italiano superficial y poca cultura. Echo de menos la comida y la familia de Italia pero prefiero que vengan a verme.