Las sesiones, de dos hora de duración, se celebraban por las tarde en las escoletas de Cas Serres y Ses Païsses donde se establecía un tiempo para jugar hijos, padres y educadores. También se dedicaba parte de la sesión a intercambiar experiencias y dudas entre los adultos y los educadores. La mayoría de los padres ha destacado que ha sido una «experiencia muy positiva que les ha ayudado a conocer más las necesidades de los niños». También aparecen en las opiniones de los familiares el que «ha sido una oportunidad para poder compartir juegos con sus hijos y dudas con los educadores».