«Con estos precios habrá que dejar hasta de fumar». «Me da miedo hacer la cuenta de lo que me gasto a la semana en tabaco». «Quieren solucionar la crisis a costa de los fumadores». Estos son algunos de los comentarios más repetidos por los fumadores de las Islas al comprar tabaco. Esto se debe a que las tabacaleras han aprovechado la subida de impuestos aprobada por Consejo de Ministros el pasado 12 de junio para también aumentar el precio del tabaco. En este sentido, el Gobierno central aprobó un incremento de los impuestos del tabaco que oscila entre el 7 y el 10 por ciento, con lo que Hacienda y las comunidades autónomas podrán recaudar 1.220 millones de euros, si se mantiene el actual nivel de consumo.
El presidente de Aceba en Balears, Guillermo Mas, explica que han sido dos subidas: la de impuestos del Gobierno y la de precios de las marcas comerciales. «Si sólo se hubiese producido una subida de impuestas el encarecimiento sería de unos 30 céntimos aproximadamente» por cajetilla, señala Mas.
Por citar un ejemplo concreto, con la subida de los impuestos la cajetilla de Marlboro (una de las más vendidas) habría pasado de 3,1 euros a 3,29 euros, es decir, se habría encarecido un 6,13 por ciento. Sin embargo, con el incremento del precio que le ha aplicado la empresa (5,16 por ciento), la cajetilla de Malboro ha pasado a costar 3,45 euros.
Teniendo en cuenta las dos subidas, las principales marcas de cajetillas de tabaco se han encarecido entre un 11,29 por ciento (Malboro) y un 17,28 por ciento (Chester).
Mucho más significativo ha sido el aumento de precio que se ha producido en el tabaco de liar, al que el Gobierno ha establecido un impuesto especial. A esto hay que añadir la subida de precio de las marcas comerciales. Por citar algunos ejemplos, el Look Out ha sufrido un encarecimiento del 116,6 por ciento; el Pall Mall del 78,94 por ciento; y Pueblo del 52,77 por ciento.
Precisamente, la crisis había motivado un aumento del consumo de tabaco de liar, ya que era bastante más económico que el de cajetilla. Sin embargo, el impuesto que le ha aplicado el Ejecutivo central, más el encarecimiento que han realizado las marcas comerciales ha provocado que su precio sea similar al de cajetilla. Por ello, algunos estanqueros prevén que muchos fumadores dejarán de comprar el tabaco de liar y volverán al de cajetilla.
En definitiva, esta subida ha indignado a los fumadores. Sin embargo, la ministra de Economía, Elena Salgado, argumenta que el objetivo es promover una «economía más saludable».
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