El Ayuntamiento de Eivissa tiene en marcha varios expedientes mediante los cuales obliga a los propietarios del núcleo histórico a arreglar sus viviendas. Si los dueños no lo hacen, el Consistorio se encarga de ejecutar las obras y posteriormente les pasa la factura.

Según explicó el concejal de Nucli Històric, Marc Costa, actualmente hay trece expedientes abiertos a propietarios. «Todos tienen mucha similitud y se trata de arreglar desperfectos puntuales en balcones, voladizos y tejados», explicó Costa, que indicó que se trata de contribuir a la conservación de los edificios y evitar que se conviertan en ruina.

Recientemente se han publicado en el BOIB tres órdenes de ejecución de obras. Un balcón de la calle Garijo cuyo arreglo cuesta 3.200 euros, uno en la calle Azara que alcanza los 3.398 y otro en Floridablanca por 3.500?. Costa explicó que por ejemplo en el caso de la calle Azara no hará falta que el Ayuntamiento ejecute los arreglos, porque el propietario, ante los avisos, ha acudido al Consistorio diciendo que ya lo ha arreglado. «Ahora haremos una inspección para comprobarlo», expresó Costa.

«Hemos generado un movimiento, la gente ya pasa por aquí y comienza a haber un cumplimiento», destacó el regidor, que indicó que el Consorcio Eivissa Patrimoni es el encargado de la contratación de estas obras.

En estos trece expedientes las obras oscilan entre los 3.000 euros y los 16.000. Todos los trabajos pendientes suman alrededor de 60.000 euros.

Apuntalamientos

Por ahora el Ayuntamiento de Eivissa sólo ha tenido que hacer unos cuantos apuntalamientos en sa Penya, aunque se prevé que próximamente tenga que ejecutar subsidiariamente alguna de las obras. Si luego los propietarios no pagan la factura que les pasa el Consistorio se ponen en marcha los mecanismos de embargo.

«Desafortunadamente hay gente que tiene dificultades para hacer las obras, pero hay líneas de ayudas para la rehabilitación del núcleo histórico que tanto por parte del consorcio Eivissa Patrimoni como de la Conselleria d'Obres Públiques», explicó el regidor.

Marc Costa explicó que de lo que se trata es de introducir una «cultura de la responsabilidad» vía normativa. «Podemos hacer una valoración positiva pero siempre pensamos que se trata de tener constancia e ir arbitrando normativa», expresó el regidor, que también destacó que desde que existe la nueva ordenanza sobre conservación de edificios se han inspeccionado ya 20 ruinas.