El Ayuntamiento de Sant Antoni calcula que tardará tres meses en concluir la demolición de la mansión del músico Michel Cretu en Santa Agnès, aunque el juzgado de lo Contencioso administrativo número 1 de Palma haya sentenciado que la casa tiene que estar derribada para el 1 de noviembre.

La concejala de Urbanisme, Josefa Costa, explicó que «será muy difícil cumplir con el plazo» impuesto por el juez y destacó desde el Ayuntamiento «se están dando todos los pasos». «Es un tema de mucha complejidad y, sobre la marcha, se verá que estamos adoptando todas las medidas para llevar a cabo el derribo», agregó Costa.

El tiempo estimado de tres meses para concluir el derribo se plasma en el pliego de cláusulas del Ayuntamiento para sacar a concurso público la demolición. Al ser una tramitación declarada «urgente», las propuestas deberán presentarse en un término de trece días a partir de su publicación en Butlletí Oficial, que está prevista para hoy.

El derribo costará 990.105 euros, una cuantía que el Ayuntamiento fue aprobando a través de plenos municipales para hacer una demolición de forma subsidiaria. «Luego se le intentará pasar la factura», apuntó Costa y, en este sentido, explicó que la demolición no se programó antes por diversas cuestiones que han ido «dilatando el tiempo». «Se hizo una consulta al juzgado, que se nos contestó el otro día, sobre diversas cuestiones jurídicas que no se tenían muy claras como es el tema del desalojo y la gestión de residuos. Por eso pedimos que ampliaran el plazo pero se nos denegó», apuntó Costa, quien señaló además que derribar la casa Cretu «no es llegar allí y tirarla». «Habrá que sacar a los propietarios, desmontarlo todo, separar los residuos y luego derribarla», agregó.

Cabe recordar que el Ayuntamiento presentará un recurso de súplica para evitar derribarla antes del 1 de noviembre, mientras que el auto del juez recuerda que si no se hace efectiva la sentencia se pueden imponer multas coercitivas sobre el patrimonio particular del alcalde.

Un grupo de personas en contra del derribo de la casa Cretu se encuentra estos días recogiendo firmas e incluso amenaza con hacer «una cadena de personas para evitar la demolición». Así lo aseguró Richie Schlafke, que encabeza esta iniciativa y que asegura que «hay que defender a los compradores de las casas». Schlafke cargó contra el Grup de Estudis de la Naturalesa (GEN) y lo calificó de «radical», «¿Quién es el GEN para tener tanto poder?», se preguntó el Schlafke que también se manifestó en contra de que derriben las promociones de Huerta que solicitó el GEN.