B. MUNAR

Pese a lo que algunos sindicatos habían previsto, «un fin de semana complicado en el área de Urgencias», la mañana de ayer en este servicio fue una jornada tranquila tanto para pacientes como médicos.

A la una del mediodía, sólo cinco usuarios se encontraban en la sala de espera, poco después, salía Cristina Martín con el brazo izquierdo vendado. Esta chica alicantina aseguró no tener «ninguna queja del servicio». Según explicó tardaron alrededor de una hora y media en atenderle. Le hicieron una radiografía, el doctor le diagnosticó un «desplazamiento de muñeca» y a continuación le vendaron el brazo. Cristina afirmó que en comparación con Alicante «el servicio funciona muy bien». En este sentido coincidió con Mari Carmen. Su hijo se había hecho un esguince en su pierna izquierda y en menos de dos horas ya estaba de nuevo de vuelta a casa. Mari Carmen reiteró no haber tenido ningún tipo de problema

La mayor parte de pacientes que se atendieron ayer fueron de origen extranjero, como Jean Luca que llegó sobre la una del mediodía acompañado de su mujer y su bebé. Poco después le visitó la enfermera y un médico. A las dos salió de Urgencias con un dedo del pie izquierdo roto y sorprendido porque le habían dado medicamentos para el dolor.

Mohamed Mustakin, residente en Sant Antoni, también visitó el servicio de urgencias ayer por la mañana. A las 13,20 horas daba sus datos personales en administración. Hace quince días pasó una gripe y tenía dolor de pecho, de manera que la enfermera le visitó dos veces, le hicieron una radiografía y por último el doctor le diagnosticó «un poco de infección y unos antibióticos». Mustaki sostuvo que el trato fue «muy bueno» y que «hay que tener paciencia porque muchas veces llegan pacientes que tienen más graves que nosotros». En una hora estaba fuera de Urgencias.

Noreen Ellis, una londinense que ayer fu atendida en Urgencias, aseguró que el personal de este servicio fue «un encanto y muy atento». Noreen explicó que «es normal esperar un poco y que en Londres hay que esperar años y años...», aseguró riendo.