«Crítica». Así calificaron la situación que vivían ayer las dependientas de la gasolinera Cepsa que está ubicada frente a la rotonda Pachá, donde las colas de vehículos para cargar combustible no habían cesado desde las siete de la mañana. «No nos dejan respirar y, en principio, a nosotros nos están sirviendo la gasolina igual que siempre», comentó Noemí, una de las vendedoras.

El miedo al desabastecimiento de combustible por la huelga de transportistas de la península, agravado por la manifestación de transportistas de la isla, provocó que esta situación fuera un denominador común durante todo el día y en todas de las gasolineras de la isla: una avalancha de vehículos que terminó, en algunos establecimientos, con todas las reservas de gasolina súper 95 y de gasóleo.

Sin embargo, para Mariano Matutes, administrador de la empresa de transportes Carburantes Ibiza, esta psicosis al desabastecimiento es un «miedo injustificado». «La psicosis ha producido que se multipliquen por tres las ventas normales de estos días de junio en comparación con el año pasado», explicó el empresario, que además quiso enviar un mensaje de tranquilidad. «La isla tiene existencias para varios meses así, que no hay ningún problema y además está abastecida por los petroleros desde el dique de Botafoc. Aquí no pasa lo de la península en este momento, tenemos suerte», agregó Matutes.

Por otra parte, el empresario aseguró que la causa de que algunas gasolineras se quedaran sin productos fue provocada porque la demanda comenzó a aumentar el pasado viernes y se extendió durante todo el fin de semana, días en los que la empresa no sirve combustible a las gasolineras. A este factor, Matutes agrega que, por la manifestaciones de los transportistas, ayer comenzaron a servir con dos horas de retraso para no coincidir con la caravana de camiones. Aún así, el empresario agregó que la fuerte demanda del fin de semana provocará que hoy los camiones que reparten combustibles deban aumentar y mucho su trabajo: «Hay algunas gasolineras que han pedido 60 toneladas en un día y eso no es normal», indicó, y señaló que ésta es una situación exagerada. «Hay unas demandas tremendas en las gasolineras, incluso algunos clientes van con garrafas de 50 o de 100 litros».

Por otra parte, en muchas gasolineras las preguntas ayer eran las mismas desde la clientela con un repetido «¿hay gasóleo?», «¿hay gasolina?», así como la respuesta de los trabajadores coincidían en la misma frase: «hasta que se acabe». En otras, los surtidores de súper 95 y de diesel directamente tenían un cartel de «Fuera de servicio, disculpen las molestias».

Filosofía

Ya en la larga fila de la estación de servicio Cepsa, un francés afincado en la isla de nombre Jean Luc se lo tomaba con filosofía: «Siempre pasa lo mismo, la gente empieza a oír ruidos de que va a faltar y, bueno, pues todo el mundo, a la cola», comentó. «A mí no me parece normal esta situación pero más vale prevenir que lamentar», opinó, por su parte, Silvia, una joven dispuesta a poner 40 euros de gasóleo consciente de que así no llena su depósito. «No tengo claro que es lo qué va a pasar, pero igualmente, vengo», agregó.

Tras ellos, la fila continuaba y, como un imán, atraía a otros conductores decididos a cargar el depósito de sus vehículos, aunque sea, por las dudas.