ordi Torrent, alma mater del Posidonea Art i Natura Festival, se mostraba ayer nervioso y excitado al ultimar los flecos pendientes de una experiencia que comenzará mañana en Formentera, concretamente en dos ámbitos básicos, la finca pública de Can Marroig dentro del Parc Natural de ses Salines, y la plaza de la Constitució de Sant Francesc. Se trata de un ambicioso proyecto que se comenzó a gestar en 2001, cuando se cumplieron 20 años del mercadillo de la Mola para el que se llevó a cabo un gran festival. La idea era un tipo de encuentro distinto, centrado en Formentera y en temas relacionados con la ecología, la naturaleza, la cultura y el turismo sostenible y a través de un proyecto meditado y un vídeo realizado en 2001, presentaron un proyecto al Consell de Formentera que finalmente en septiembre pasado dió el visto bueno a la idea implicándose en dicho proyecto las consellerias de Medi Ambient, Cultura y Patrimoni y Turismo y Mobilitat.
Torrent pudo aportar en todo momento su background como fundador del colectivo Drap-Art, una fundación que se centra y trabaja en materia de reciclaje y que ha recorrido diversos puntos del mediterráneo.
«Nuestro punto de partida es aplicar estas ideas al caso concreto de Formentera y su problemática, se trata de una isla pequeña, muy frágil y que vive únicamente del turismo -dijo Torrent-, y es obvio que deberá seguir viviendo del turismo pero intentando que sea sostenible, que se conserve el patrimonio natural compaginando su disfrute turístico o de ocio con su preservación». Además Torrent avanzó que la idea, que confía en que comience a desarrollarse en esta primera edición y pervivía de cara al futuro, es juntar en la misma mesa a todos los sectores que determinan la evolución de la isla, empresarios, científicos, ecologistas, políticos, colectivos y actores culturales y patrimoniales «creando un caldo de cultivo, un substrato potente que es básico para que se tomen las decisiones adecuadas».
En este sentido los invitados, del Posidonea Art i Natura Festival, la mayoría de los cuales se han prestado voluntaria y casi gratuitamente a participar en él, no se limitan a dar una conferencia o una charla, sino que estarán durante estos días en la isla para intercambiar opiniones e ideas con especialistas en otras maneras y hacer, de alguna manera, un proyecto de libro de ruta o un referente de cara a un futuro sostenible para Formentera. «Hemos puesto el huevo -decía gráficamente Torrent-, pero si no crece el huevo sólo servirá para hacer una tortilla, hemos de crecer para que esto tenga continuidad y al mismo tiempo sea beneficioso para Formentera».
Temor o rechazo
Peluts es la palabra con la que desde hace muchos años los formenterenses han calificado desde los primeros hippies hasta los actuales rastas y en algunos de los sectores de la población no se ve con muy buen ojo este festival. El hecho de que sea en una finca pública y con bosque, les hace temer lo peor, los campistas, los perros, los botellones o las fiestas nocturnas, y Torrent es consciente de este rechazo previo. «De alguna manera es inevitable, pero es controlable pero nosotros hemos puesto mucho énfasis en que no debe ser un festival de 'peluts' porque no es un festival de rock and roll, es un festival centrado en la ecología y el turismo sostenible, en la preservación de la naturaleza» dijo Torrent. En principio las actuaciones musicales estaban conformadas por grupos o bandas acústicas de caché medio pero con larga tradición mediterránea pero «se nos ofrecieron Bebe y Beth para actuar y ahí se descompuso un poco el guión original -dijo Jordi Torrent-,pero de todas maneras es perfectamente asumible y no tiene por qué ser un problema». G. R.
J
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