El Consell está buscando la financiación necesaria para poder llevar a cabo sus ambiciosos planes en cuanto a transporte público, que prevén un incremento de líneas y de horarios. Lo primero será encargar un plan de movilidad que marque cuáles son las necesidades de la isla a través de encuestas y datos de afluencia de tránsito para planificar correctamente los horarios y ver qué tipo de vehículo (autobús o minibús) funciona mejor en cada línea.
Será entonces el momento de suprimir algunas de las líneas que se han puesto en marcha en los últimos años y que, según el conseller de Mobilitat, Albert Prats, «son un fiasco económico y medioambiental». «Hay líneas que en tres meses transportan quince personas, esto es insostenible económicamente pero también medioambientalmente», expresó Prats, que cree que no se tienen que soportar líneas tan deficitarias. «Cuando llegamos a esta casa se habían hecho una serie de contratos programa que seguramente eran bienintecionados, pero hemos visto que el resultado era muy negativo porque sólo se cubría el 10 por ciento del coste con los usuarios», explicó el conseller, que indicó que estas son las consecuencias de «funcionar sin planificación», un error en el que no quieren volver a caer desde el Consell. «El transporte público tiene que ser sostenible, tener una motivación, no tenemos que hacer más daño del que ya hay», añadió.
El problema para llevar a cabo esta «revolución del transporte» es la falta de financiación. El Gobierno central sólo paga infraestructuras, pero no subvenciona servicios, algo en lo que entraría la ampliación de líneas y frecuencias. «Es un problema muy grande, porque la mitad del plan de transporte que queremos llevar a cabo son servicios», explicó Prats, que indicó que están «batallando» para conseguir que llegue desde otras instituciones la dotación que «necesita Eivissa». Durante estos últimos meses, el conseller asegura que se ha estado trabajando mucho para conseguir esa financiación y es ahora cuando se empieza a tener «bastante ligado». «Aunque el transporte público en general sea deficitario tiene un valor añadido porque mejora el medio ambiente y las condiciones de vida y reduce el tránsito en las calles y esto tiene un precio que tenemos que pagar», indicó Prats, que explicó que en el apartado de servicios también quieren crear un servicio tarifario único, modernizar el material, implantar el GPS para que en cada parada se sepa cuando llegará el próximo autobús y mejorar la información al usuario también a través de portales web.
En cuanto a infraestructuras, el Consell quiere mejorar las 250 paradas de autobús que hay en la isla y para ello reclama una inversión del Gobierno central de nueve millones de euros. «La pretensión es arreglarlas todas», explicó Parts, que también solicita otras partidas para invertir en estaciones de autobuses y terminales refugio (techados a medio camino entre las paradas y las estaciones). Además, dentro del dinero destinado al transporte, el Consell también solicitará financiación al Estado para crear una red cicloturística.
La cifra para arreglar las paradas es tan elevada porque incluye no sólo la marquesina sino la creación de dársenas (aparcaderos en las carreteras), las obras de encofrado y la conexión con una acometida eléctrica para el GPS.
Como acción más inmediata, el Consell ha solicitado al Govern la instalación de bancos en las paradas de bus de la carretera de Sant Antoni («no había bancos e incluso algún vecino trajo sillas») y el Consell comprará otra partida igual para la carretera de Sant Josep.
La única novedad en cuanto a líneas que se podrá ver este verano es la implantación de los autobuses lanzadera desde Sant Antoni, Santa Eulària y Vila al aeropuerto. El año pasado ya se llevó a cabo esta iniciativa, que había sido reclamada por los hoteleros, pero este año se ampliarán los horarios y algunos servicios se harán también en el tramo nocturno. «También recortaremos algunas paradas para que llegue más rápidamente al aeropuerto», explicó Prats. Próximamente el consorcio Emprenen se reconvertirá en un consorcio de movilidad aprovechando su estructura. Se trata de que estén presentes todos los ayuntamientos y también el Govern para que todos aporten dinero.
Actualmente, el Consell está estudiando junto al Ayuntamiento de Vila cómo reforzar el servicio de autobuses de las inmediaciones de la ciudad. «El Ayuntamiento tiene una partida destinada a esta mejora y el Consell asumirá parte del coste», explicó Prats, que señaló que este tipo de acciones se llevarán a cabo a partir de ahora en el consorcio.
El conseller de Mobilitat explicó ayer que se han encontrado con un grave problema en la autovía al aeropuerto, porque el proyecto que se ejecutó «no contempla el transporte público». «No hay ningún apeadero», expresó Prats, que indicó que las primeras paradas que se están construyendo se están haciendo en el tramo final. «Este es un problema muy grande porque provoca que la línea sea deficitaria y que el Consell tenga que pagar, se mata el transporte público en beneficio del particular», señaló el conseller, que indicó que intentarán que esta línea sea viable a través de los viales alternativos a la carretera y con las paradas que se están construyendo al final. El único autobús que sí puede circular por ahí es la lanzadera al aeropuerto desde Vila, Santa Eulària y Sant Antoni que se implantará este verano.
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