Antes de que termine esta legislatura Eivissa y Formentera tendrán cuatro nuevas escoletes públicas.
Estas guarderías, según el director del Plan de Primera Infancia de Balears, Vicenç Arnaiz, constarán de cinco aulas cada una, con una media de 12 alumnos, según las edades, de forma que según Arnaiz, cada nueva escoleta pública ofrecerá 62 plazas.
Según el director del Plan de Primera Infancia, en una reunión reciente en la que participaron todos los consellers de Educación «se repartieron las plazas para toda Balears en función del número de habitantes». En este reparto Eivissa y Formentera se hicieron con 326 plazas frente a las 312 que tendrá Menorca o las 600 de Palma y 780 que se crearán a las afueras de Mallorca. Según Arnaiz todas estas plazas estarán en funcionamiento para el 2010.
Antes de que finalice este mes el Govern tiene previsto aprobar una partida de 12 millones de euros para construir y poner en funcionamiento estos servicios. De esta partida, a las Pitiüses les pertoca un 16 por ciento del total, de manera, que el Govern en los próximos dos años invertirá 1.920.000 euros en la construcción de nuevas plazas de cero a tres años.
Asimismo, ayer el Govern aprobó el nuevo decreto de mínimos que regula los requisitos de los centros de primer ciclo de Educación Infantil de las Balears. La nueva normativa reconoce el carácter educativo de esta etapa y regula, entre muchos aspectos, las condiciones de espacio y de personal mínimas que han de presentar los centros que atienden a niños de menos de tres años.
«Fundamental»
Esta regulación responde, según el Govern, a su voluntad de mejorar la calidad de un «servicio fundamental», tanto para avanzar en la conciliación de la vida familiar y laboral como para contribuir en el desarrollo intelectual, físico, afectivo y social de los más pequeños.
El nuevo decreto parte de la premisa, establecida por la Ley Orgánica de Educación (LOE), que la etapa infantil es una etapa educativa no obligatoria y con identidad propia, pero que atiende a los niños desde el nacimiento hasta los seis años de edad para contribuir en el buen desarrollo del niño.
El director del Plan de Primera Infancia, Vicenç Arnaiz, destacó ayer la importancia de este decreto «porque pese a que ya existía uno del año 91, se trata de la primera normativa de estas características que se aprueba a nivel balear».
Este decreto que no tiene carácter retroactivo, es decir, sólo lo deberán cumplir las escoletes de nueva creación, exigirá que estos centros tengan aulas de un mínimo de 40 metros cuadrados (la normativa del 91, exigía 30), y que en las clases que se atiendan a niños de dos y tres años cuenten con un mínimo de dos lavabos.
Asimismo, los profesionales deberán ser maestros o bien técnicos de Educación Infantil. Según Arnaiz esta ordenanza tiene como objetivo dar una seguridad a las familias sobre la calidad del centro, de manera que «tienen un aval y se quitan sospechas de un posible mal funcionamiento de la guardería».
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