iempre que me preguntan cuándo empecé a dedicarme profesionalmente a explicar cuentos respondo que hace unos 10 años, pero la afición me viene de cuando era pequeñita», explica Sessi Sitjà, una mujer catalana que junto a Òscar Ferrer se han encargado de las narraciones de la campaña escolar de cuentos que ha promovido esta semana el Ayuntamiento de Santa Eulària por los diferentes colegios del municipio. «Cuando tenía cinco años, mis hermanos y yo nos metíamos debajo de la mesa de mi abuela para explicar ventis, unas narraciones de aventura en las que nosotros éramos los protagonistas. De ahí nace mi vena de cuentacuentos». Como si de una bonita novela se tratara, un buen día Sessi decidió emprender un viaje hacia Àfrica Occidental para visitar a algunos amigos que tenía en Namíbia y Senegal: «Allí empecé a interesarme por sus tradiciones, sus costumbres y su cultura y fue cuando poco a poco fui creando algunas de mis historias. Recuerdo que al principio el intercambio no fue nada fácil porque se mostraban muy reticentes, pero en cuanto vieron que yo también compartía con ellos mi cultura se mostraron más predispuestos». A lo largo de sus más de 10 años como cuentacuentos, Sessi ha explicado siempre sus mejores narraciones de manera diferente: «No tengo los cuentos escritos. Me sé las historias, pero siempre las narro de manera diferente porque me tengo que adaptar al público y a las realidades del lugar. No los recito». Para ella, la mejor historia es la narración oral que se ha transmitido y se transmite de boca en boca: «Mi historia preferida es la que nace del pueblo. L'ase d'or, escrita por Apoleu en el siglo II d.C, quizá es una de mis narraciones favoritas».

María José Real

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