Una de las maneras tradicionales de beber el vino es en porrón. g Foto: GERMÁN G. LAMA

uena compañía, buena comida y, sobre todo, buen vino casero. Estos son los ingredientes que desde hace 17 años han conseguido aumentar cada vez más el éxito de la tradicional fiesta de vi pagès. Durante la mañana de ayer, muchos miembros de la Asociación de Vecinos de Sant Mateu ultimaban hasta el más mínimo detalle para que la fiesta fuera más espectacular aun si cabe que la del año pasado. «Cuando empezamos esta fiesta lo hicimos poco a poco, pero año tras año esto ha ido a más y cada año superamos la cifra de asistentes», aseguró Toni Serra, presidente de la asociación, horas antes de que el evento arrancara. Según comentó, en total 35 familias de la localidad participaron en esta fiesta con sus caldos propios, esos vinos de la tierra que elaboran con esmero a finales de agosto y principios de septiembre. El total de litros que aportó cada casa era muy variado, pues hubo quienes optaron por 16, mientras que otros se decantaron por los 32 litros, según palabras del presidente de la asociación. «El año pasado en la fiesta se consumieron 800 litros de vi pagès», señaló Toni. Y por supuesto el vino en porrón: «La primera vez seguro que te manchas la camisa, pero luego se trata de apuntar hacia la boca, abrirla y levantar un poco el brazo; es cuestión de práctica», afirmó Toni. Quienes optaron por no arriesgarse a mancharse la camisa pudieron degustar los deliciosos vinos en vasos de plástico. Sin embargo era necesario llenar el estómago para acompañar la bebida y por ello los 600 kilos de cerdo de matanzas se tostaron en una deliciosa torrada. también hubo bunyols para los paladares más dulzones. Todo ello gratuito y amenizado con la música del joven grupo Complot y Paradís. «La gente puede beber y comer lo que quiera, pero siempre teniendo en cuenta que los excesos nunca son buenos, sobre todo en la bebida», aseveró Toni respecto al peligro que representa el alcohol a la hora de conducir.

María José Real