Eivissa saca adelante las últimas cuentas de la legislatura con el voto en contra del PP

MAITE ALVITE
El pleno del Ayuntamiento de Eivissa aprobó ayer por mayoría el presupuesto con el que contará el próximo año, que asciende a 45.676.186 euros, lo que supone un incremento del 5,6 por ciento con respecto al ejercicio actual y 919 euros de gasto por ciudadano. El PP votó en contra argumentando, entre otras muchas cosas, que son «insuficientes», «engañosos» y que «no resuelven realmente los problemas de la ciudad». El concejal popular Jaime Díaz de Entresotos insistió en que las últimas cuentas de la legislatura denotan «el cansancio del equipo de gobierno», a lo que la concejala de Hacienda, Cristina Ferrer, replicó que tanto el ejecutivo local como las cuentas gozan de «un estado de salud considerable», hecho que se demuestra, añadió, en que para 2007 se contempla «la mayor partida de inversiones de los últimos años». Para este capítulo hay presupuestados 8.841.082 euros, es decir, un 28,6 por ciento más que en 2006. Estas cifras demuestran, según Ferrer, que «no son unas cuentas de final de legislatura». «Puede que no sea un presupuesto de diez pero permite trabajar cómodamente para conseguir que poco a poco la ciudad sea un poco mejor», señaló. Además, destacó que el ejercicio presupuestario de 2007 «sigue la línea del Pacte de todos estos años» prestando especial atención al mantenimiento de la ciudad y a Bienestar Social. Este último argumento no convenció a Díaz, que aseguró que disminuyen las partidas para promoción social. El concejal popular se quejó también de que el presupuesto es «discriminatorio» con determinados barrios. «Mientras que se prevén grandes inversiones culturales, como la ampliación del Museo de Arte Contemporáneo, en Dalt Vila, se olvidan zonas como sa Penya o la Marina», observó. «Hay carencia de inversiones en la mayoría de barrios de la ciudad», reiteró, citando, entre otros, a Can Escandell y al parque proyectado allí para el que no se ha contemplado ninguna partida. Además, sacó a relucir que no hay dinero para solucionar problemas como el de la vivienda.