El Juzgado de Primera Instancia número 2 de Eivissa ha dictado un
auto por el que acuerda el alzamiento de la medida cautelar de
suspensión y precinto de las obras de es Pouet, en Talamanca,
decretado en 2000.
En el auto, el juez explica que el pasado 4 de marzo, la empresa
mercantil Progen S.A. aportó un certificado técnico de adecuación
de las obras a las disposiciones del Plan Territorial, solicitando
al Consell el levantamiento del precinto de las obras. El 28 de
marzo el Consell, al constatar que el proyecto de urbanización de
es Pouet se ajustaba a las directrices que marca la versión
definitiva al PTI, presentó un escrito ante el Juzgado para
expresarle «su voluntad de apartarse de la acusación formulada en
su día».
El juez entiende que ahora, una vez aportados los certificados
técnicos que avalan la legalidad de la urbanización, «carece de
objeto mantener la medida cautelar decretada en su momento».
«Procede por ello dejar sin efecto la medida cautelar y, en
consecuencia, ordenar el alzamiento de la suspensión judicial de
las obras acordada en auto de fecha 23 de septiembre de 2000,
dictado en las presentes actuaciones, quedando sin efecto , en
consecuencia el precinto judicial», concluye el auto.
El presidente del Consell, Pere Palau, fue quien desveló ayer en
el debate de política general este auto, remitido a la institución
hace tres días, como muestra de los contenciosos que se han
conseguido retirar con la aprobación del PTI. Lo mismo ha sucedido
con la polémica urbanización de sa Caixota, en Sant Josep. «Si no
hubiéramos logrado la retirada de este contencioso, los afectados
hubieran pedido una indemnización por daños y perjuicios y lo
habrían pagado los ciudadanos», justificó el presidente.
Palau también defendió que con la versión definitiva del PTI se
ha logrado la reducción de algunos planes parciales.
El 19 de agosto de 2000 la entonces presidenta del Consell,
Pilar Costa, tomaba la controvertida decisión de ordenar el
precinto de la urbanización que se estaba ejecutando en Talamanca.
El gobierno del Pacte alegaba entonces que estas obras incumplían
de forma flagrante la moratoria aprobada un mes antes. Media hora
después del precinto, los obreros lo retiraron y prosiguieron las
obras. El Consell denunció los hechos ante la Guardia Civil y la
Fiscalía, pero en vista de que nadie tomaba ninguna decisión volvió
a precintar las obras el 1 de septiembre. Así empezaba este
culebrón.
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