Vecinos y usuarios del párking ubicado en la esquina entre la calle Madrid y la avenida Isidoro Macabich de Vila muestran su hartazgo ante la presencia de un grupo de individuos que ejercen de aparca coches exigiendo algún donativo a cambio. | Toni Planells

Vecinos y usuarios del párking ubicado en la esquina entre la calle Madrid y la avenida Isidoro Macabich de Vila muestran su hartazgo ante la presencia de un grupo de individuos que ejercen de aparca coches exigiendo algún donativo a cambio.

Se trata de un problema que se lleva prolongando en el tiempo y que produce malestar entre el vecindario. «Te exigen que les des dinero, muchas veces de manera agresiva», denunciaba a Periódico de Ibiza y Formentera    uno de los vecinos de la zona, que aseguraba que «este mismo jueves me negué a darle una moneda tras aparcar. Al volver al coche para buscar algo unos minutos después, me encontré a ese individuo orinando en la puerta del copiloto».

«Además de pagar la zona azul, hay que pagar a esta gente para asegurarte de que no le hagan nada al coche», añadía el mismo vecino.

No es difícil observar a estas personas a cualquier hora del día en la misma entrada del párking, también en el del otro lado de la calle, indicando a quienes buscan aparcamiento dónde hay un hueco para estacionar. Tampoco es raro ver que, cuando los espacios habilitados están llenos, dan indicaciones para aparcar en huecos donde no hay marcas de aparcamiento, como junto a los contenedores de ropa ubicados en la esquina del párking.

Allí estacionaban su Toyota una pareja de mediana edad siguiendo las indicaciones del aparcacoches. «Le he dado 50 céntimos, qué le vas a hacer: te hacen pagar por cualquier cosa, también con esto», explica él, mientras su esposa reconoce que «si el hombre lo necesita, tampoco está mal echarle una mano, más en estas fechas». Sin embargo, también reconocía que «es una mezcla entre sentir pena y sentirte obligado a pagar».

Josefina y Magali también son usuarias del párking de la calle Madrid y, mientras Josefina afirma que «no me molesta especialmente que me pidan dinero», Magali asegura que «lo más molesto es que te lo exijan más que pedírtelo». Ambas reconocen sentirse presionadas a la hora de pagar a los aparcacoches: «Cuando están allí y te lo piden, da un poco de desconfianza no darles una moneda, no te vas igual de tranquila». Además de pagar la zona azul, Josefina y Magali le dieron una moneda de dos euros al aparcacoches.

Desde el Ayuntamiento reconocen que tienen constancia de estas actividades por parte de este grupo de individuos. «Desde la Policía Local se les tiene identificados y se vigila de forma constante para evitar que puedan causar problemas de convivencia o que ningún vecino se pueda sentir coaccionado ante su presencia allí».

Mientras tanto, el problema parece haberse normalizado para muchos usuarios del párking, quienes continúan enfrentándose a esta presión social en un espacio que, en teoría, debería ser libre de conflictos.