Al igual que en el puerto de Sant Miquel, en Sant Josep se vivió
una mañana con visitantes procedentes de diferentes partes del
mundo. La degustación de platos típicos ibicencos programada para
las 9,30 horas de la mañana casi no dio tiempo a terminar de
decorar y preparar la mesa en la plaza de la iglesia de la
localidad cuando el autobús turístico que realiza el paseo por la
isla hizo su primer escala y más de cincuenta personas de todos los
idiomas y colores se abalanzaron a la mesa de degustación. «Hemos
repartido casi 600 botellas de hierbas ibicencas» recordó el payaso
Guisante encargado de la organización del evento acerca de las 50
cajas de pequeñas botellas que les entregaron a modo de
suvenir.
Toda clase de frutos secos como almendras, cacahuetes, orellons
e higos; embutidos de diferentes tipos como sobrasada y butifarra
negra y blanca; y pastelería típica ibicenca como el flaó y los
orelletes fueron algunas de las delicias que los turistas
disfrutaron en su día pitiuso. «Para el próximo año haremos un
catálogo con las explicaciones en todos los idiomas acerca de la
historia de estos productos» aseguró el concejal de Turismo de Sant
Josep, Vicent Torres, acerca de este proyecto que llevará a cabo
para las próximas jornadas con el fin de informar a los turistas
acerca de los orígenes y la elaboración de la gastronomía
ibicenca.
Después de los primeros grupos, los visitantes continuaron
acercándose a la plaza de la iglesia durante el resto de la mañana.
Allí, sa Colla deLabrtija les recibía también con una degustación
de bebidas como la frígola, el palo y las hierbas. Un pequeño
escenario con dos imágenes de payeses en tamaño natural para posar
y llevarse un recuerdo fue otro de los atractivos que los turistas
supieron aprovechar en esta mañana dedicada a ellos con detalles e
invitaciones gastronómicas. L.A.
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