La Compañía de Gas y Electricidad (GESA) califica de «muy positivo» el balance económico de 2003 teniendo en cuenta las especiales circunstancias que rodearon el pasado ejercicio. Sus clientes morosos en Balears adeudaban hasta el pasado 31 de diciembre 15,9 millones de euros (2.645 millones de pesetas), frente a los 16,2 millones de euros de 2002. El descenso de la deuda histórica en términos reales es del 2%, al que hay que unirle un 10% más por el aumento del consumo de electricidad registrado en las Islas.

GESA, hoy por hoy, se acerca a pasos agigantados al medio millón de clientes en Mallorca, al contar con 457.711 abonados. El total asciende a 587.943 tras sumar los clientes de Menorca, Eivissa y Formentera. Por ello, una vez más, la compañía prevé este verano batir todos sus registros en materia de demanda eléctrica. El incremento de clientes durante 2003 llegó hasta los 10.208 nuevos clientes en Balears, con un crecimiento porcentual en Mallorca del 2,2%, muy inferior al aumento de la demanda acumulada, un 10,2%. La potencia contratada ha aumentado en 100.623 kwh y supone el 73,6% del incremento total de Balears y un crecimiento durante el año del 3,6%.

De esa cantidad, alrededor de 6,6 millones de euros (7,0 en 2002) correspondía a deudas contraídas por los clientes generales, 3,2 millones de euros (3,4 en 2002) a ayuntamientos y el resto, a clientes «especiales» y organismos oficiales, según los datos que maneja la compañía. En los tres últimos años, GESA mantiene índices importantes de reducción de las cantidades adeudadas por sus clientes, ya que en 2001 esa deuda se situaba en 18,8 millones de euros.

GESA también presenta balances espectaculares en el apartado de facturación. La filial de Endesa prevé cerrar el año 2004 con una facturación cercana a los 390 millones euros (unos 65.000 millones de pesetas), frente a los 360 millones de euros de 2003. GESA hizo hincapié, al presentar los datos de la reducción del volumen de la deuda, el «gran esfuerzo» realizado por la entidad durante el pasado año para lograr ese objetivo.

Para atacar la deuda, GESA se acogió el pasado año al Real Decreto 1955/2000 que le faculta para proceder a cortar el suministro considerado «no esencial» después de 60 días del impago.

Como es habitual en estos casos, la empresa procede a avisar al usuario de la situación de morosidad en la que ha incurrido el cliente cuando el importe del recibo no ha sido satisfecho entre los 60 y 65 días posteriores a la presentación de la factura. Se abre, entonces, un proceso que culmina con la retirada del contador, si el usuario no ha saldado su deuda. También, actúan los servicios jurídicos de la compañía eléctrica en los casos en que se plantea un posible pleito dada la importancia de la deuda.