La primera vez que fue a juicio fue para conseguir que a los trabajadores de Iberia se les pagasen las dietas. «Entonces eran a 60 pesetas y conseguimos ganarlo, fíjate que a algunos les pagaron hasta 8.000 y 9.000 pesetas», recuerda José Manzano Ponce, un murciano que llegó a Eivissa en el año 1958 porque fue el destino en el que realizó el servicio militar obligatorio.
En el aeropuerto de Eivissa ha trabajado «34 años y tres meses» y allí se ha convertido en un personaje conocido por todos gracias al gran esfuerzo que ha realizado por los trabajadores del transporte aéreo. «Con democracia vinieron a presentar a Eivissa el SITA (Sindicato Independiente del Transporte Aéreo) yo ya tenía a una veintena de afiliados», recuerda. Actualmente continúa al frente de este sindicato. Ése es sólo un ejemplo del empuje que siempre ha caracterizado a este hombre que todavía hoy continúa acudiendo, día sí día no, al juzgado.