El resultado de la temporada para cafeterías, bares y restaurantes ha sido mejor de lo esperado salvo el «nubarrón» de la delincuencia.

Los empresarios afirman que se han visto ante bandas de rumanos, de argelinos, de marroquíes «que están realmente preparados para estos robos porque se llevan aparatos de música y cajas fuertes», en acciones que requieren una cierta meditación y estrategia. «Han robado a tal cantidad de comercios y almacenes que es para pararse a pensar: ¿qué es lo que está sucediendo?», reflexiona Duque.

Las soluciones no parecen fáciles, a juicio del empresario, que cree que las fuerzas de seguridad va a acabar pidiendo ayuda a la población «para que informe de movimientos extraños».

Lo que sí tienen claro los empresarios es que la Justicia, hoy por hoy, «no es lo suficientemente dura con este tipo de delitos». El caso más reciente que conoce Duque es el de un grupo de seis chavales que robaban a ingleses embriagados. «Les pegan patadas en las piernas para quitarles la cartera», relata y añade que «el turista robado no lo denuncia porque sólo le sustraen el dinero, no la documentación o las tarjetas». Cogieron a esta banda pero «resulta que son menores, se les deja sueltos y al día siguiente están robando otra vez», afirma.

«La criminalidad es espantosa y hay muchas menos denuncias que delitos», concluye.