Los niños aprenden, a través del sentido del tacto, a descubrir lo que tienen a su alrededor. Fotos: MARCO TORRES

Una de las propuestas que más éxito tienen dentro del programa Trobades en Família, que se desarrolla regularmente en la Escoleta de Cas Serres, es el taller denominado 'panera dels tresors'. Dirigido a niños de entre 6 y 12 meses, fue ideado para que participasen en él alrededor una quincena de personas (entre padres y niños) en cada sesión, pero la realidad es que la demanda ha desbordado a las educadoras infantiles Paula Tomé e Isabel Reyes, que se han visto obligadas a adecuar las clases a un mayor número de personas.

En este taller, que ya se había desarrollado en anteriores ediciones del proyecto educativo promovido por el Consell Insular y el Ayuntamiento de Eivissa, los padres, e incluso los profesores, pasan a un plano secundario porque son los bebés los auténticos protagonistas. «Lo único que hay que hacer es escoger una serie de objetos y ofrecérselos a los niños para que ellos los palpen y los descubran», explicaba una de las responsables de las Trobades en Família. Los padres tienen que permanecer junto a los niños para que ellos se sientan confiados y relajados.

El objetivo de este taller educativo es que los niños reciban distintos estímulos y crezca su curiosidad por lo que les rodea; todo ello a través de un juego tan sencillo como es el de recoger una serie de objetos, introducirlos en una cesta de mimbre y sentar al niño frente a ella para que comience a tocarlos. Como único requisito es necesario que el niño tenga la edad suficiente como para mantenerse sentado. Hay que permitir que descubra libremente los 'tesoros' que tiene delante. Los tocará, morderá y tal vez escogerá uno de ellos como favorito, entreteniéndose durante períodos de hasta más de una hora. «Es un taller muy sencillo que los padres pueden hacer en casa», explicaban las responsables.

En la Escoleta de Cas Serres los padres encuentran la panera llena, pero configurarla uno mismo sin salir de casa es un proceso sencillo. Pueden ser objetos naturales, como una piña o una pieza de fruta; hechos de materias naturales, por ejemplo un pincel o un anillo de hueso; de madera, como un tambor o unas castañuelas; de metal, como una cuchara o un silbato; de papel y cartón, por ejemplo una libreta; de cristal, como un tarro de mermelada; y objetos hechos de piel, goma o ropa, como una cremallera o una pelota de goma. Por supuesto, todos los objetos deben limpiarse de forma habitual para evitar que resulten antihigiénicos.
Sara Yturriaga