El Instituto Balear de la Naturaleza (Ibanat) ha colocado 7.250
trampas en las masas forestales pitiusas para combatir la
procesionaria (Thaumetopea pityocampa), que el pasado invierno se
extendió peligrosamente por 30 hectáreas de Cala Boix y Cala
Mestella (Santa Eulària).
Debido a esa proliferación, este año se ha incrementado el
número de trampas respecto a las de 2001, cuando se instalaron 210
dispositivos secos y 6.450 del tipo vaso, rociadas con feromonas
para atraer a los machos (que empezaron a volar a mediados de
agosto). Gracias a esos mecanismos se capturaron el año pasado 608
insectos reproductores.
Tras la campaña del invierno, el Ibanat decidió aumentar a 7.000
las trampas de vaso, y a 250 las secas, que se repartirán por 250
hectáreas de bosques amenazados. Para este año también se ha
planteado una medida sin precedentes consistente en la colocación
de cajas nido para aves insectívoras como complemento a la lucha
biológica.
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