Un total de 275 n familias de Eivissa y Formentera han de recurrir a la administración para poder subsistir. La Conselleria de Benestar Social del Govern facilita una ayuda a las personas en situación de marginación a través la Renta Mínima de Inserción (RMI). Desde 1996 hasta 2001 se han atendido 275 hogares. El 71 por ciento de los beneficiarios de esta ayuda son mujeres con hijos a su cargo y 57 por ciento de los beneficiarios han trabajado alguna vez en el sector servicios. Los problemas más graves que sufren están relacionados con la vivienda. El 12 por ciento reside en viviendas que se encuentran en una situación irregular.

Destaca el menor peso de los originarios de Balears y extranjeros y más de otras comunidades autónomas. La mayoría de las familias con problemas se asientan en el municipio de Eivissa. De Balears, se ha detectado un crecimiento en Eivissa y Mallorca en los últimos años.

Estos son algunos de los datos aparecidos en el estudio base del plan de lucha contra la exclusión social de Balears, elaborado por la Universitat de les Illes Balears. El contenido del informe es una de las razones de la Conselleria para aumentar el presupuesto destinado al RMI para aumentar hasta el 30 por ciento el porcentaje de familias de las islas en situación de pobreza que perciben este subsidio, que actualmente sólo llega al 12 por ciento.

El estudio, elaborado por el equipo dirigido por Maria Antònia Carbonero con la colaboración de la Universidad Pública de Navarra, también destaca la necesidad de dar una mayor extensión de estas ayudas a los pueblos de las islas, pues actualmente son los residentes de las principales ciudades sus máximos beneficiarios. Carbonero coordinó un trabajo encargado por el Ayuntamiento de Eivissa en el que se realizó un diagnóstico social de Eivissa presentado en septiembre de 2001.