Todos esperan que a finales de octubre el Instituto de Enseñanza Secundaria de Sant Agustí des Vedrà pueda abrir sus puertas y solucionar así una parte importante del problema de la falta de aulas que se vive en Eivissa. El delegado de Educació, Antoni Marí Marí, confía en que se cumpla esta fecha, al igual que el jefe de obras, José Torres, quien, aún así, añade que «eso depende de la Dirección Facultativa». Pero en este caso, la apertura de un centro escolar llama la atención por algo más: el instituto de Sant Agustí es el primero en Balears que se construye en base a parámetros de sostenibilidad como pueden ser el aprovechamiento del agua o la utilización de materiales ecológicos en la construcción.
El futuro instituto, que a estas alturas del verano presenta ya una estructura muy definida, se ha levantado sobre unos terrenos de la finca llamada 'Davall es Pou' que ocupan 12.620 m2. El escenario es inmejorable, el edificio está rodeado de montañas y el proyecto ha querido respetar ese entorno. «Por eso el cierre del terreno se ha hecho con un muro de piedra manual», explicaba Antoni Marí Marí.
Oscar Canalis ha sido el arquitecto responsable de diseñar un proyecto financiado por la Conselleria de Educació del Govern balear y en el que también colabora el Consell Insular d'Eivissa y Formentera. En España ya se habían llevado a cabo construcciones de este tipo que han dado muy buenos resultados. El edificio se levanta a partir de piezas que han sido trasladas desde Valencia y montadas como si de un rompecabezas se tratase. A corto plazo el presupuesto puede ser mayor (el instituto de Sant Agustí ha costado 4.95834.9 euros), pero a la larga, y así lo asegura el delegado de Educació, «sale más barato». El ahorro y las ventajas de esta nueva construcción se explican a partir de sus principales características:
· Ahorro de la energía solar. El edificio contará con placas solares que aportarán el 100% del agua caliente sanitaria y el 30% de la calefacción.
· Reutilización del agua. El agua de los lavabos y las duchas se reciclará para los urinarios y los waters. Además, los waters tienen un sistema de doble descarga.
· Aprovechamiento coherente de la luz solar. A través de vidrios especiales que disminuyen el calor y extraen más rendimiento a la luz.
· Energía eléctrica. El sistema de iluminación es de bajo consumo.
· Calefacción de suelo radiante. Sistema que ahorra energía utilizando temperaturas más bajas y con el que los radiadores dejan de existir.
Este nuevo centro no sólo ya ha servido de precedente (el de Sant Llorenç se empezará a levantar en septiembre siguiendo las mismas pautas), sino que Antoni Marí Marí confía en que «eduque a los alumnos en la necesidad de no abusar de los recursos naturales». El próximo curso se podrá comprobar cómo funciona este centro pionero.
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