El diseñador parisino Philippe Starck y dos de sus vecinos de es
racó de s'Alga, en Formentera, quieren enganchar sus viviendas a la
red eléctrica, pero tienen un problema: están demasiado alejadas de
los cables de alta tensión y la moratoria prohíbe nuevos tendidos
aéreos eléctricos. Para conseguir el propósito de que las bombillas
de su galardonada casa (obtuvo el Premi d'Arquitectura de las
Pitiüses, concedido en 1999) se nutran de energía de la central de
Gesa, Starck ha promovido, junto a Roland von Beschwitz y Anita
Gerlach Lusow, un proyecto para soterrar un tramo de alta tensión y
de baja tensión desde la carretera PMV-8.201 hasta sus lujosas
viviendas.
La derivación debe obtener previamente la declaración de interés
general porque la zona es considerada suelo rústico protegido por
la Ley de Espacios Naturales. Esa declaración es uno de los últimos
pasos que deben dar los interesados tras casi un año de trámites en
los que incluso ha sido necesario un estudio de impacto ambiental,
solicitado por la Conselleria balear de Medi Ambient.
Para que la casa de Starck tenga luz sin echar mano de los
generadores de gasolina, necesitará excavar una zanja de 740 metros
para introducir, a 80 centímetros de profundidad, los cables de
alta tensión, además de otra zanja de 390 metros para llevar el
cableado desde una estación transformadora hasta las casas. Los
cables seguirán un trazado paralelo al tortuoso camino y a las
paredes existentes en ese enclave, «intentando causar el mínimo
impacto ambiental», se dice en el proyecto.
En este caso, el soterramiento no parece tener un coste elevado,
uno de los impedimentos que esgrimen tanto particulares como la
compañía Gesa para enterrar tendidos. El presupuesto que aparece en
el proyecto, que actualmente se encuentra en exposición pública, se
eleva a 45.768 euros (7.615.241 pesetas).
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