Tras cuarenta años, siete meses y tres días dedicados a la enseñanza, a Francisco Ripoll Riera, más conocido como 'Paco de sa Caleta', le ha llegado el momento de jubilarse, pero lo hace conservando la misma pasión y la misma vocación que cuando con tan solo 19 años empezó a ejercer de profesor. Lo hizo, como el mismo recuerda, «en el pueblo más pequeño de España, en San Hipólito»; y ayer, en el Consistorio de Santa Eulària recibió un homenaje a su amplia labor profesional.

Cuenta que 39 cursos han pasado por sus manos, lo que se traduce en más de 5.000 alumnos que han escuchado las lecciones de matemáticas y ciencias que impartía Francisco Ripoll. Natural de Sant Joan, se trasladó a Santa Eulària en el año 1973. «Cuando llegué éramos once maestros en la escuela del municipio. Más adelante la bautizamos como Sant Ciriac y finalmente se desdobló en Sant Ciriac y Santa Eulària», recuerda este veterano docente. El primer año fue duro, Francisco Ripoll tenía muchos alumnos a su cargo y a menudo se pasaba en el centro hasta la medianoche.

Francisco Ripoll acaba de finalizar una etapa muy importante de su vida, pero iniciará otra en la que los chavales dejarán paso a su afición por el trabajo en el campo. «A partir de ahora haré de payés», asegura.

La concejala de Cultura, Ana Costa, afirmaba emocionada que existe una generación en la que prácticamente todos han sido alumnos de 'Paco de sa Caleta'. «Yo no porque estudié en Vila, pero es rara la familia en la que o padres o hijos no le han tenido como profesor», comentó la edil.