Prestar servicio a los ciudadanos para solucionar sus problemas es su principal cometido. Foto: MARGA FERRER

Marcos Ballesta Pastor ocupa desde el pasado 2 de mayo la primera y única plaza de policía local de Sant Joan, un municipio que presume de su tranquilidad. Antes de trasladarse a Sant Joan, Marcos había ejercido como agente del orden en Sant Antoni durante los tres últimos veranos, por lo que la rutina policial no le resulta desconocida. Hace unos meses se creó un bolsín en la comisaría de Sant Antoni con los agentes de refuerzo del verano, entre los que se encontraba, para cubrir la plaza en Sant Joan: «Nos llamaron, se publicaron las bases para que los interesados echaran las instancias y al final salí elegido», dijo el agente.

Sencillo y responsable, el agente Ballesta, de 24 años, es todo humildad. «Yo no soy el jefe. Soy el único agente y la persona que me manda es el alcalde. Mi jefe es el alcalde», puntualizó.

«Estoy partiendo de cero y para mí es un reto bastante importante», dijo Ballesta. «Soy el primero y espero no ser el último», añadió al hacer referencia a los deseos del alcalde de la localidad de contar en un futuro con mayor número de agentes.

Tras la experiencia de la vorágine veraniega de Sant Antoni, con numerosas intervenciones nocturnas y diurnas en una de las zonas más conflictivas de la isla para los cuerpos policiales, Marcos Ballesta se encuentra muy a gusto en su nuevo destino. «Sant Joan es la zona más tranquila de la isla. Comparado con Sant Antoni esto es el paraíso», confesó el agente.