GUILLERMO ROMANÍ Las obras para la construcción de la perrera de Formentera que el Consell inició hace más de un mes no avanzan conforme lo previsto, por lo que se ha generado un malestar general, especialmente en el seno de la Asociación de Ganaderos de la isla, en donde temen que el lacero municipal no pueda trabajar en condiciones por falta de un lugar seguro donde encerrar los perros capturados.

Ello se debe a que el pasado año por estas fechas se produjeron numerosos ataques a los rebaños de cabras y ovejas de la isla. Una de las maneras de para los es capturar a los perros y tenerlos encerrados con garantías.

La construcción de la perrera por parte del Consell pretende solventar un problema existente desde hace años originado por la ausencia de una instalación de ese tipo con las correspondientes garantías. Hasta la fecha se utilizaban unas jaulas situadas en las inmediaciones del cementerio municipal, que eran difíciles de controlar y de las que en más de alguna ocasión habían desaparecido los animales encerrados.

La perrera está financiada por el Consell en virtud de un convenio firmado con el Consistorio de Formentera, y el coste de las instalaciones es de 24.889 euros.

Los trabajos que debían realizarse en poco más de un mes, están muy retrasados y consisten en la adecuación de una superficie de 180 metros cuadrados, cedida por el Servei d'Ocupació de les Illes Balears, SOIB, situada entre el antiguo edificio del INEM y de la ITV, en el polígono industrial de Sant Francesc Xavier.

La base de la instalación será una solera de cemento, lo único que ha sido terminado, sobre la que deben construirse seis boxes de 6 metros de largo por 2'75 metros de ancho, para una superficie unitaria de 16'5 metros cuadrados, comunicados por su parte delantera mediante un pasillo.