Rosa, engalanada ya para su actuación en Tallín. Foto: JULIÁN AGUIRRE.

El Festival de Eurovisión 2002 se celebra esta noche en el Saku Suurhall de Tallín, capital de Estonia. En el pabellón habrá unas 6.000 personas que lo verán in situ; en Tallín, sus 400.000 habitantes viven estos día para y por Eurovisión; en España se espera que la audiencia sea superior al programa de «Operación Triunfo», mientras que en Europa "sobre todo en el norte" cientos de millones de personas no se alejarán ni un segundo del televisor. Todo está a punto, sólo queda el último ensayo general de este mediodía, para que a las diez de la noche, una hora menos en España, Eurovisión alce el telón. Suecia, Alemania y Reino Unido encabezan las apuestas "están empatadas", seguidas de cerca por España, la cuarta en discordia, que tiene verdaderas posibilidades de sorprender.

La gala empieza con unas preciosas imágenes de Tallín, para aparecer sobre el escenario "el más pequeño de los últimos 20 años" Dave Benton y Tanel Padar, ganadores del año pasado interpretando su canción. Seguidamente veremos a los presentadores del festival, los estonianos Annely Peebo (cantante de ópera) y Marko Matvere (actor), que irán dando la bienvenida a cada país participante y darán paso a la primera canción de la noche. Hay 24 países presentes, con sus 24 escenarios particulares. Entre canción y canción, los comentaristas televisivos de cada país tendrán entre 60 y 90 segundos para presentar la canción. Mientras, veremos unos vídeos divertidos relacionados con conocidas leyendas populares. En el pabellón, ese tiempo se utilizará para cambiar el escenario, que es móvil. Chipre abre el fuego en el Saku Suurhall. Los cinco chicos del grupo One interpretan «Gimme» (también la han grabado en nuestro idioma). Es una canción muy pop, para quinceañeras, que es muy popular entre los eurofans, pero que no tiene ninguna posibilidad de victoria.

Tras ellos, Jessica, del Reino Unido, una joven que borda «Come back». Esta chica tiene realmente muchas posibilidades de ganar, ya que su canción tiene calidad y ella es una gran intérprete. Tras la británica aparecerá el austríaco Manuel Ortega "su madre es sevillana", otro de los que en su país debe arrasar, pero que aquí no tiene nada que hacer. El chico vende muy bien su imagen de latino "en Austria las debe enamorar a todas", pero aquí en Eurovisión buscan algo más. El cuento de Hansel y Gretel dará la bienvenida al griego Michalis Rakintzis, sin duda la peor canción e interpretación del festival. Su canción S.A.G.A.P.O. y su estética tecno son una horrible vuelta a los años ochenta. El aire robocop de su actuación ha sido muy comentado en Tallín, con frases como «está pasado de moda».

Los griegos son de los pocos que salen al escenario con instrumentos; si bien es cierto que el sonido es grabado, los músicos deben tocar como si fuera en directo, en previsión a que haya algún fallo técnico. Después de 20 minutos de festival y de un video-cuento sobre Frankenstein, Chenoa, Gisela, Bustamante, David Bisbal y Geno aparecerán en pantalla entonando aquello de «¡Celebration, celebration!», para dar pie a Rosa (... la de España ...la de Europa), vestida "a última hora de la noche, en el ensayo general se pudo atisbar un poco más" de negro, con una levita transparente, con terciopelo, con adornos de brillantes, joyones, y con un pelo con extensiones. Se pudo apreciar cinturón y cuello de margarita, y unos pantalones anchos y con volantes. Y con lentillas. En definitiva, una Rosa muy glamourosa y vanguardista, aunque un tanto antinatural por culpa del peinado.

En el ensayo, los cantantes españoles volvieron a bordar la canción y, lo que es más importante, dando una gran imagen a través del televisor. Que nadie se olvide de que Eurovisión es un festival de televisión y que lo que lo que cuenta es la actuación a través de la pequeña pantalla y no en el escenario. Es curioso cómo muchos países ganan o pierden enteros en las apuestas tras ser vistos a través del monitor. Tras España, llega la primera gran ovación de la noche. Y después la terna de favoritos va cayendo. Las grandes rivales de Rosa son Suecia "un año más acusada de plagio, sin demostrar", la anfitriona Estonia y Alemania, que falla por televisión, pero cuya intérprete, Corinna May, tiene una espectacular voz. Fíjense en la actuación de Letonia. Y en el show aéreo de los travestis de Eslovenia.

Y llegan las votaciones. Los países tienen 7 minutos para votar. Mientras, veremos un resumen de las actuaciones "una grabación del ensayo de ayer noche", los artistas estarán entonces en el Green Room del Saku Suurhall, detrás del escenario, muy nerviosos y tensos. Sólo está previsto un intermedio, tras la canción 18 (Alemania), aprovechado por algunas televisiones para poner su publicidad "en España el segundo es millonario", otras seguirán en el Saku, con un precioso espectáculo musical. Hay diferentes formas de votar, que los países eligen. Se puede hacer indistintamente por televoto, por el 50% televoto más el 50% jurado, por jurado tradicional o por mensajes de móvil. España lo hará por televoto y jurado. ¡A jugar!