Marina, a la derecha, y Virginia, a la izquierda, trabajan en un diseño hecho con latas.

E l próximo 28 de junio Sa Punta des Molí, en Sant Antoni, acogerá los primeros pases de moda que se incluirán en la pasarela Ad-Lib 2002. Alrededor de 25 alumnos de la clase de diseño que se imparte en la Escuela de Artes y Oficios de Eivissa presentarán sus diseños, el trabajo que han estado realizando durante los últimos dos meses. Es el tercer año en el que estos aprendices de diseñadores participan en el desfile de moda Ad-Lib.

Aunque el que formen parte de este evento no significa, como explica una de las profesoras, Marian Ferrer, que su trabajo tenga nada que ver con ese estilo ibicenco que ha traspasado fronteras. «Se trata de mostrar qué es lo que se aprende en esta escuela. Buscamos que la creación del alumno no tenga limitaciones, que sea impactante y original», apunta Marian. Por eso el grupo que cursa bachillerato no puede utilizar la tela como material para confeccionar los diseños. Esa es la única pauta marcada, el resto es cosa de los chavales y de la imaginación que quieran echarle. Amalia de Santos presentará un diseño que, según ella, «recuerda a las lámparas chinas y está hecho con papel».

Madera, papel, oro o metacrilato son algunos de los elementos que tras un laborioso proceso de fabricación se transformarán en vestidos, faldas, pantalones u otras prendas diversas. La profesora aclaraba en este punto que hay que diferenciar el trabajo de los alumnos de bachillerato del de los de ciclos formativos. «Los de ciclos formativos sí que utilizarán tela para la elaboración, será algo más ponible, más profesional». Un componente en este caso tradicional pero marcado por un trazado original ya desde los bocetos. Así, se podrán ver trajes de tela pero con estampados hechos por los propios estudiantes a base de distintas técnicas pictóricas.

Totalmente diferente será la propuesta de Marina Bayer y Virginia Fontana. Un gran número de latas de Coca-Cola o Fanta vacías y concienzudamente aplastadas son la materia prima del modelo en el que trabajan y sobre el que no quieren desvelar demasiado. En general, todos se muestran reacios a descubrir más de la cuenta. Es lógico, se trata de impactar pero no ahora, sino el 28 de junio y sobre la pasarela. Virgina explica que trabajar con estos materiales tiene sus ventajas y sus inconvenientes: «te ahorras el patrón porque no es absolutamente necesario pero también cuesta mucho adaptar estos materiales a los cuerpos».

Dos meses de trabajo dando forma a los trajes, a lo que hay que sumarle la fase previa de elaborar los bocetos. «Cada uno de los chicos presentó unos 20 diseños y de ahí seleccionamos unos 30. Después se hicieron los patrones y ahora estamos ya en la última etapa», afirma Marian Ferrer. Trabajando en el taller también se encontraba Antonio Boned que, junto a su hermano y en el desfile para Jóvenes Diseñadores, presentará unos siete modelos de trajes de novia también alternativos. «Se verá algo blanco, pero será lo mínimo», avanzó.